martes, 14 de octubre de 2008

aspectos éticos y jurídicos en trasplante de órganos


III JORNADA SOBRE ASPECTOS ETICO-JURIDICOS DE
LOS TRASPLANTES DE ORGANOS

Resumen realizado por: Rosa Iglesias Carrasco. Alumna del Master de
Bioética y Derecho(UB) y miembro de la ABD. Les Heures. Fundació Bosch i
Gimpera.
El día 1 de Marzo del 2001 se celebró en el Observatorio de Bioética y
Derecho de Barcelona, la III Jornada sobre Aspecto Etico-Jurídicos de los
Trasplantes de Organos. El foro estaba muy concurrido, formado en su
mayoría por estudiantes universitarios y alumnos del Master de Bioética y
Derecho (del cual es directora la Dra. M. Casado)
La Jornada fue presentada por la Dra. María Casado, Directora de
L’Observatori de Bioética i Dret (UB) y Profesora Titular de Filosofía del
Derecho (UB) y por el Dr. Luis Cabré, secretario de la Asociación de
Bioética y Derecho de la Universitat de Barcelona. Procedió a su
inauguración el Dr. Màrius Rubiralta, Vicerrector de Investigación de la
Universidad de Barcelona.
El objetivo de la Jornada era una exposición clara y concisa de la normativa
vigente y la organización y coordinación en la distribución de órganos, de lo
cual se podrían desprender todo un abanico de planteamientos éticos que
sin embargo están bastante resueltos en la actualidad.
El Dr. Jordi Vilardell, presidente de la OCATT (Organización Catalana de
Transplantes), intervino dando una visión clara y concreta de la situación
actual catalana y, de referencia, Española sobre la distribución e
intercambio de Organos.
La OCATT es un organismo público que esta dentro del Servei Català de la
Salut y que trabaja con otros organismos: bancos de tejidos, coordinadores
de trasplantes, comisiones asesoras de expertos, registro de donantes de
médula ósea...
Su acción más destacada es la de planificar, organizar y coordinar:
extracción, conservación, distribución y trasplante de órganos.
Actualmente existen 23 hospitales con autorización administrativa para
extracción de órganos, 8 hospitales trasplantadores y 19 programas de
trasplante.
España es el país con mayor índice y la mejor coordinación de trasplantes
de todo el mundo.
La OCATT trabaja estrechamente con los coordinadores de trasplantes
hospitalarios.
La Dra. Catiana Cabrer, responsable de la Coordinación de Trasplantes del
Hospital Clínic de Barcelona, expuso la metodología de detección y
seguimiento de los posible donantes, siendo este aspecto una de las piezas
más importantes en el engranaje de los trasplantes.
La OCATT está vinculada a la ONT (Organización Nacional de trasplantes).A
través de este organismo Cataluña se relaciona con el resto de España. Así
el ámbito de coordinación de la OCATT abarca toda la red de Hospitales
autorizados de Cataluña y a través de la ONT con el resto de España.
Europa también se relaciona con todo el Estado Español a través de la
propia OCATT.

cuidados paliativos

Cuidados paliativos: Recomendaciones de la Sociedad Española de Cuidados
Paliativos (SECPAL)
CUIDADOS PALIATIVOS

PRESENTACIÓN
Este documento recoge las recomendaciones elaboradas en Enero de 1993, a petición del Ministerio de Sanidad y
Consumo, por un grupo de profesionales con experiencia en Medicina Paliativa, y pertenecientes al Comité Directivo de
la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL). Para la redacción de este texto se ha tomado como referencia
la experiencia profesional de los autores, protocolos de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital "El Sabinal" de
Las Palmas, protocolos de la Sociedad Catalano Balear de Cuidados Paliativos, y la bibliografía general recomendada.
La finalidad de este documento es ofrecer unas líneas básicas, generales de actuación en Cuidados Paliativos.
Esperamos que sea de utilidad para todos los profesionales sanitarios que atienden pacientes en situación terminal.
1. INTRODUCCION
En las últimas décadas estamos asistiendo el aumento gradual de la prevalencia de algunas en fermedades crónicas,
junto al envejecimiento progresivo de nuestra población. Los avances conseguidos en el tratamiento específico del
CANCER, han permitido un aumento significativo de la supervivencia y calidad de vida de estos enfermos. Más
recientemente, enfermedades como el SIDA han irrumpido en nuestra sociedad demandando una respuesta sanitaria. A
pesar de estos avances, u importante grupo de enfermos morirán a causa de su enfermedad (en España se producen
unos 80.00 muertes anuales por cáncer, y el cáncer supone al 25% de todas las muertes en España).
La mejora de la atención de enfermos en fase avanzada y terminal es uno de los retos que tien planteados la Sanidad
Española en la década de los 90. Las medidas para llevarlo a cabo deben incluir:
- la implementación de recursos específicos,
- la mejora de la atención en los recursos ya existentes (atención primaria, Hospitales generales y Centros de larga
estancia),
- la formación de profesionales y,
- la educación de la sociedad y su participación a través del voluntariado.
La facilitación del uso de analgésicos opioides es también vital para una mejora de la atención, una medida que
recomiendan unánimemente todos los expertos y la Organización Mundial de la Salud.
La SOCIEDAD ESPAÑOLA DE CUIDADOS PALIATIVOS es una asociación de profesionales interdisciplinar, entre cuyos
objetivos destacan los de la promoción de una buena calidad de atención de lo enfermos terminales, la docencia de los
profesionales, la investigación y la ayuda y asesoramiento a la Administración para el desarrollo y la implementación de los
cuidados paliativos en nuestro país. Fue fundada en Enero de 1992 y tiene mas de 300 miembros, procedentes de
diferentes especialidades ámbitos de atención, y con diferentes profesiones sanitarias.
2. DEFINICIÓN DE ENFERMEDAD TERMINAL: CARACTERÍSTICAS
En la situación de enfermedad terminal concurren una serie de características que son importantes no sólo para definirla,
sino también para establecer adecuadamente la terapéutica.
Los elementos fundamentales son :
1. Presencia de una enfermedad avanzada, progresiva, incurable.
2. Falta de posibilidades razonables de respuesta al tratamiento especifico.
3. Presencia de numerosos problemas o síntomas intensos, múltiples, multifactoriales y cambiantes.
4. Gran impacto emocional en paciente, familia y equipo terapéutico, muy relacionado con la presencia, explícita o no,
de la muerte.
5. Pronóstico de vida inferior a 6 meses.
Esta situación compleja produce una gran demanda de atención y de soporte, a los que debemos responder
adecuadamente.
El CANCER, SIDA, enfermedades de motoneurona, insuficiencia específica orgánica (renal, cardiaca, hepática etc .... )
... cumplen estas características; en mayor o menor medida, en las etapas finales de la enfermedad. Clásicamente la
http://www.bioeticaweb.com - Bioética en la Red Generado: 11 October, 2005, 22:15

Encíclica que hace condena moral al nazismo

Mit Brennender Sorge
Carta encíclica de S.S. Pío XI sobre la situación de la Iglesia en el
Reich Germánico, 14 de marzo de 1937
Con viva preocupación y con asombro creciente venimos observando, hace yalargo tiempo, la vía dolorosa de la Iglesia y la opresión progresivamenteagudizada contra los fieles, de uno u otro sexo, que le han permanecidodevotos en el espíritu y en el actuar; y todo esto en medio de aquella nacióny de aquel pueblo, al que San Bonifacio llevó un día el luminoso mensaje, labuena nueva de Cristo y del Reino de Dios.Esta Nuestra inquietud no se ha visto disminuida por los informes que losreverendísimos representantes del Episcopado, según su deber, Nos dieronajustados a la verdad, al visitarnos durante Nuestra enfermedad. Junto amuchas noticias muy consoladoras y edificantes sobre la lucha sostenida porsus fieles por causa de la religión, no pudieron pasar en silencio, a pesar desu amor al propio pueblo y a su patria y el cuidado de expresar un juicio bienponderado, otros innumerables sucesos muy tristes y reprobables. Luego que Noshubimos escuchado sus relatos, con profunda gratitud a Dios pudimos exclamarcon el Apóstol del amor: En ninguna cosa tengo mayor contento que cuando oigoque mis hijos van por el camino de la verdad. Pero la sinceridad quecorresponde a la grave responsabilidad de Nuestro ministerio Apostólico, y ladecisión de presentar ante vosotros y ante todo el mundo cristiano la realidaden toda su crudeza, exigen también que añadamos: No tenemos preocupaciónmayor, ni más cruel aflicción pastoral, que cuando oímos: muchos abandonan elcamino de la verdad.Concordato2. Cuando Nos, Venerables Hermanos, en el verano de 1933, a instancia delGobierno del Reich, aceptamos el reanudar las gestiones para un Concordato,tomando por base un proyecto elaborado ya varios años antes, y llegamos así aun acuerdo solemne que satisfizo a todos vosotros, tuvimos por móvil laobligada solicitud de tutelar la libertad de la misión salvadora de la Iglesiaen Alemania y de asegurar la salvación de las almas a ella confiadas, y almismo tiempo el sincero deseo de prestar un servicio capital al pacíficodesenvolvimiento y al bienestar del pueblo alemán.A pesar de muchas y graves consideraciones, Nos determinamos entonces, no sinuna propia violencia, a no negar Nuestro consentimiento. Queríamos ahorrar aNuestros fieles, a Nuestros hijos y a Nuestras hijas de Alemania, en la medidahumanamente posible, las situaciones violentas y las tribulaciones que, encaso contrario, se podían prever con toda seguridad según las circunstanciasde los tiempos. Y con hechos queríamos demostrar a todos que Nos, buscandoúnicamente a Cristo y cuanto a Cristo pertenece, no rehusábamos tender anadie, si él mismo no la rechazaba, la mano pacífica de la Madre Iglesia.3. Si el árbol de la paz, por Nos plantado en tierra alemana con puraintención, no ha producido los frutos por Nos anhelados en interés de vuestropueblo, no habrá nadie en el mundo entero, con ojos para ver y oídos para oír,que pueda decir, todavía hoy, que la culpa es de la Iglesia y de su CabezaSuprema. La experiencia de los años transcurridos hace patentes lasresponsabilidades, y descubre las maquinaciones que, ya desde el principio, nose propusieron otro fin que una lucha hasta el aniquilamiento.En los surcos donde Nos habíamos esforzado en echar la simiente de laverdadera paz, otros esparcieron -como el inimicus homo de la SagradaEscritura- la cizaña de la desconfianza del descontento, de la discordia, delodio, de la difamación, de la hostilidad profunda, oculta o manifiesta, contraCristo y su Iglesia, desencadenando una lucha que se alimentó en mil fuentesdiversas y se sirvió de todos los medios. Sobre ellos, y solamente sobre ellosy sobre sus protectores, ocultos o manifiestos, recae la responsabilidad deque en el horizonte de Alemania no aparezca el arco iris de la paz, sino elnubarrón que presagia luchas religiosas desgarradoras.4. Venerables Hermanos: No Nos hemos cansado de hacer ver a los dirigentes,responsables de la suerte de vuestra nación, las consecuencias que se derivannecesariamente de la tolerancia, o, peor aún, del favor prestado a aquellascorrientes. A todo hemos recurrido para defender la santidad de la palabrasolemnemente dada y la inviolabilidad de los compromisos voluntarioscontraídos, frente a las teorías y prácticas que -si hubieran llegado aadmitirse oficialmente- habrían disipado toda confianza, y dejadointrínsecamente sin valor a toda palabra para lo futuro, si contaban con laaprobación oficial. Cuando llegue el momento de exponer a los ojos del mundoestos Nuestros esfuerzos, todos los hombres de recta intención sabrán dóndehan de buscarse los defensores de la paz y dónde sus perturbadores. Todo elque haya conservado en su ánimo un residuo de amor a la verdad, y en sucorazón una sombra del sentido de justicia, habrá de admitir que en los añostan difíciles y llenos de tan graves acontecimientos que siguieron alConcordato, cada una de Nuestras palabras y de Nuestras acciones tuvo pornorma la fidelidad a los acuerdos estipulados. Pero deberá también reconocercon extrañeza y con profunda reprobación, cómo por la otra parte se ha erigidoen norma ordinaria el desfigurar arbitrariamente los pactos, eludirlos,desvirtuarlos y, finalmente, violarlos más o menos abiertamente.5. La moderación mostrada por Nos hasta aquí, a pesar de todo esto, no Nos hasido sugerida por cálculos de intereses terrenos, ni mucho menos pordebilidad, sino simplemente por la voluntad de no arrancar, junto con lacizaña, alguna planta buena; por la decisión de no pronunciar públicamente unjuicio mientras los ánimos no estuviesen bien dispuestos para comprender suineludible necesidad; por la resolución de no negar definitivamente lafidelidad de otros a la palabra empeñada, antes de que el irrefutable lenguajede la realidad le hubiese arrancado los velos con que se ha sabido y sepretende aun ahora disfrazar, conforme a un plan predeterminado, el ataquecontra la Iglesia. Todavía hoy -cuando la lucha abierta contra las escuelasconfesionales, tuteladas por el Concordato, y la supresión de la libertad delvoto para aquellos que tienen derecho a la educación católica, manifiestan, enun campo particularmente vital para la Iglesia, la trágica gravedad de lasituación y la angustia, sin ejemplo, de las conciencias cristianas-, lasolicitud paternal por el bien de las almas Nos aconseja no dejar deconsiderar las posibilidades, por escasas que sean, que aun puedan subsistir,de una vuelta a la fidelidad de los pactos y una inteligencia que Nuestraconciencia pueda admitir.6. Secundando los ruegos de los Reverendísimos Miembros del Episcopado, enadelante no Nos cansaremos de ser el defensor -ante los dirigentes de vuestropueblo- del derecho conculcado; y ello, sin preocuparnos del éxito o delfracaso inmediato, obedeciendo sólo a Nuestra conciencia y a Nuestroministerio pastoral, y no cesaremos de oponernos a una mentalidad que intenta,con abierta u oculta violencia, sofocar el derecho garantizado por solemnesdocumentos.Sin embargo, el fin de la presente carta, Venerables Hermanos, es otro. Comovosotros Nos visitasteis amablemente durante Nuestra enfermedad, así ahora Nosdirigimos a vosotros y, por vuestro conducto, a los fieles católicos deAlemania, los cuales, como todos los hijos que sufren y son perseguidos, estánmuy cerca del corazón del Padre común. En esta hora en que su fe está siendoprobada, como oro de ley, en el fuego de la tribulación y de la persecución,insidiosa o manifesta, y en que están rodeados por mil formas de negarlesmetódicamente su libertad religiosa, viviendo angustiados por la imposibilidadde tener noticias fidedignas y de poder defenderse con medios normales, tienenun doble derecho a una palabra de verdad y de estímulo moral por parte deAquél, a cuyo primer Predecesor dirigió el Salvador aquella palabra llena designificado: Yo he rogado por ti, para que tu fe no vacile, y tú a tu vezfortalece a tus hermanos.Genuina fe en Dios7. Y ante todo, Venerables Hermanos, cuidad que la fe en Dios, primer einsustituible fundamento de toda religión, permanezca pura e íntegra en lasregiones alemanas. No puede tenerse por creyente en Dios el que emplea elnombre de Dios retóricamente, sino sólo el que une a esta venerada palabra unaverdadera y digna noción de Dios.Quien, con una confusión panteísta, identifica a Dios con el universo,materializando a Dios en el mundo o deificando al mundo en Dios, no pertenecea los verdaderos creyentes.Ni tampoco lo es quien, siguiendo una pretendida concepción precristiana delantiguo germanismo, pone en lugar del Dios personal el hado sombrío eimpersonal, negando la sabiduría divina y su providencia, la cual con fuerza ydulzura domina de un confín al otro del mundo y todo lo dirige a buen fin: esehombre no puede pretender que sea contado entre los verdaderos creyentes.8. Si la raza o el pueblo, si el Estado o una forma determinada del mismo, silos representantes del poder estatal u otros elementos fundamentales de lasociedad humana tienen en el orden natural un puesto esencial y digno derespeto: con todo, quien los arranca de esta escala de valores terrenaleselevándolos a suprema norma de todo, aun de los valores religiosos, y,divinizándolos con culto idolátrico, pervierte y falsifica el orden creado eimpuesto por Dios, está lejos de la verdadera fe y de una concepción de lavida conforme a ella.9. Vigilad, Venerables Hermanos, con cuidado contra el abuso creciente, que semanifiesta en palabras y por escrito, de emplear el nombre tres veces santo deDios como una etiqueta vacía de sentido para un producto más o menosarbitrario de una especulación o aspiración humana; y procurad que talaberración halle entre vuestros fieles la vigilante repulsa que merece.Nuestro Dios es el Dios personal, transcendente, omnipotente, infinitamenteperfecto, único en la trinidad de las personas y trino en la unidad de laesencia divina, creador del universo, señor, rey y último fin de la historiadel mundo, el cual no admite, ni puede admitir, otras divinidades junto a Sí.Este Dios ha dado sus mandamientos de manera soberana, mandamientosindependientes del tiempo y espacio, de región y raza. Como el sol de Diosbrilla indistintamente sobre el género humano, así su ley no reconoceprivilegios ni excepciones. Gobernantes y gobernados, coronados y nocoronados, grandes y pequeños, ricos y pobres, dependen igualmente de supalabra. De la totalidad de sus derechos de Creador dimana esencialmente suexigencia de una obediencia absoluta por parte de los individuos y de todasociedad. Y tal exigencia de una obediencia absoluta se extiende a todas lasesferas de la vida, en las que cuestiones de orden moral reclaman laconformidad con la ley divina y, por esto mismo, la armonía de los mudablesordenamientos humanos con el conjunto de los inmutables ordenamientos divinos.10. Solamente espíritus superficiales pueden caer en el error de hablar de unDios nacional, de una religión nacional, y emprender la loca tarea deaprisionar en los límites de un pueblo solo, en la estrechez étnica de unasola raza, a Dios, creador del mundo, rey y legislador de los pueblos, antecuya grandeza las naciones son gotitas de agua en un cubo.11. Los Obispos de la Iglesia de Cristo encargados de las cosas concernientesa Dios deben vigilar para que no arraiguen entre los fieles esos perniciososerrores, a los que suelen seguir prácticas aun más perniciosas. Es de susagrado ministerio hacer todo lo posible para que los mandamientos de Diossean considerados y practicados como obligaciones inconcusas de una vida moraly ordenada, tanto privada como pública; los derechos de la majestad divina, elnombre y la palabra de Dios no sean profanadas; las blasfemias contra Dios enpalabras, escritos e imágenes, numerosas a veces como la arena del mar, seanreducidas a silencio; y frente al espíritu tenaz e insidioso de los queniegan, ultrajan y odian a Dios, no languidezca nunca la plegaria reparadorade los fieles, que, como el incienso, suba continuamente al Altísimo,deteniendo su mano vengadora.12. Nos os damos gracias, Venerables Hermanos, a vosotros, a vuestrossacerdotes y a todos los fieles que, defendiendo los derechos de la DivinaMajestad contra un provocador neopaganismo, apoyado, desgraciadamente confrecuencia, por personalidades influyentes, habéis cumplido y cumplís vuestrodeber de cristianos. Esta gratitud es particularmente íntima y llena dereconocida admiración para todos los que en el cumplimiento de este su deberse han hecho dignos de sufrir por la causa de Dios sacrificios y dolores.Genuina fe en Jesucristo13. La fe en Dios no se mantendrá por mucho tiempo pura e incontaminada si nose apoya en la fe de Jesucristo. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadieconoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quisiere revelar. Esta esla vida eterna, que ellos te reconozcan a Ti, único verdadero Dios, y al queenviaste, Jesucristo. A nadie, por lo tanto, es lícito decir: Yo creo en Dios,y esto es suficiente para mi religión. La palabra del Salvador no deja lugar atales escapatorias: El que niega al Hijo no tiene tampoco al Padre; el queconfiesa al Hijo tiene también al Padre.En Jesucristo, Hijo de Dios encarnado, apareció la plenitud de la revelacióndivina: En diferentes ocasiones y de muchas maneras habló Dios en otro tiempoa nuestros padres por medio de los profetas. En la plenitud de los tiempos nosha hablado a nosotros por medio de su Hijo. Los libros santos del AntiguoTestamento son todos palabra de Dios, parte sustancial de su revelación.Conforme al desarrollo gradual de la revelación, en ellos parece el crepúsculodel tiempo que debía preparar el pleno mediodía de la Redención. En algunaspartes se habla de la imperfección humana, de su debilidad y del pecado, comono puede suceder de otro modo cuando se trata de libros de historia ylegislación. Aparte de otros innumerables rasgos de grandeza y de nobleza,hablan de la tendencia superficial y materialista que se manifestabareiteradamente a intervalos en el pueblo de la Antigua Alianza, depositario dela revelación y de las promesas de Dios. Pero no puede menos de notarcualquiera que no esté cegado por el prejuicio o por la pasión, que lo que másluminosamente resplandece, a pesar de la debilidad humana de que habla lahistoria bíblica, es la luz divina del camino de la salvación, que triunfa alfin sobre todas las debilidades y pecados.14. Y precisamente sobre este fondo, con frecuencia sombrío, la pedagogía dela salvación eterna se ensancha en perspectivas, las cuales a un tiempodirigen, amonestan, sacuden, consuelan y hacen felices. Sólo la ceguera y elorgullo pueden hacer cerrar los ojos ante los tesoros de saludables enseñanzasencerradas en el Antiguo Testamento. Por eso, el que pretende desterrar de laIglesia y de la escuela la historia bíblica y las sabias enseñanzas delAntiguo Testamento, blasfema la palabra de Dios, blasfema el plan de lasalvación dispuesto por el Omnipotente y erige en juez de los planes divinosun angosto y mezquino pensar humano. Ese tal niega la fe en Jesucristo, nacidoen la realidad de su carne, el cual tomó la naturaleza humana de un pueblo,que más tarde había de crucificarle. No comprende nada del drama mundial delHijo de Dios, que al crimen de quienes le crucificaban opuso, en calidad deSumo Sacerdote, la acción divina de la muerte redentora, dando de esta formaal Antiguo Testamento su cumplimiento, su fin y su sublimación en elTestamento Nuevo.15. La revelación, que culminó en el Evangelio de Jesucristo, es definitiva yobligatoria para siempre, no admite complementos de origen humano y, muchomenos, sucesiones o sustituciones por revelaciones arbitrarias, que algunoscorifeos modernos querrían hacer derivar del llamado mito de la sangre y de laraza. Desde que Cristo, el Ungido del Señor, consumó la obra de la redención,quebrantando el dominio del pecado y mereciéndonos la gracia de llegar a serhijos de Dios, desde aquel momento no se ha dado a los hombres ningún otronombre bajo el cielo, para conseguir la bienaventuranza, sino el nombre deJesucristo. Por más que un hombre encarnara en sí toda la sabiduría, todo elpoder y toda la pujanza material de la tierra, no podría asentar fundamentodiverso del que Cristo ha puesto. En consecuencia, aquel que con sacrílegodesconocimiento de la diferencia esencial entre Dios y la criatura, entre elHombre-Dios y el simple hombre, osase poner al nivel de Cristo o, peor aún,sobre El o contra El, a un simple mortal, aunque fuese el más grande de todoslos tiempos, sepa que es un profeta de fantasías a quien se aplicaespantosamente la palabra de la Escritura: El que habita en el cielo se burlade ellos.En la Iglesia16. La fe en Jesucristo no permanecerá pura e incontaminada si no estásostenida y defendida por la fe en la Iglesia, columna y fundamento de laverdad. Cristo mismo, Dios eternamente bendito, ha erigido esta columna de lafe; su mandato de escuchar a la Iglesiay recibir por las palabras y losmandatos de la Iglesia sus mismas palabras y sus mismos mandatos, tiene valorpara todos los hombres de todos los tiempos y de todas las regiones. LaIglesia, fundada por el Salvador, es única para todos los pueblos y para todaslas naciones: y bajo su bóveda, que cobija, como el firmamento, al universoentero, hallan puesto y asilo todos los pueblos y todas las lenguas, y puedendesarrollarse todas las propiedades, cualidades, misiones y cometidos, que hansido señalados por Dios creador y salvador a los individuos y a las sociedadeshumanas. El corazón maternal de la Iglesia es tan generoso, que ve en eldesarrollo de tales peculiaridades y cometidos particulares, conforme alquerer de Dios, la riqueza de la variedad, más bien que el peligro deescisiones: se goza con el elevado nivel espiritual de los individuos y de lospueblos, descubre con alegría y santo orgullo maternal en sus genuinasactuaciones frutos de educación y de progreso, que bendice y promueve, siempreque lo puede hacer en conciencia. Pero sabe también que a esta libertad le hansido señalados límites por disposición de la Divina Majestad, que ha querido yha fundado esta Iglesia como unidad inseparable en sus partes esenciales. Elque atenta contra esta intangible unidad, quita a la esposa de Cristo una desus diademas con que Dios mismo la ha coronado; somete el edificio divino, quedescansa en cimientos eternos, a la revisión y a la transformación por partede arquitectos a quienes el Padre celestial no ha concedido poder alguno.17. La divina misión que la Iglesia cumple entre los hombres y debe cumplirpor medio de hombres, puede ser dolorosamente oscurecida por el elementohumano, quizá demasiado humano, que, en determinados tiempos, vuelve aretoñar, como la cizaña, en medio del trigo en el reino de Dios. El queconozca la frase del Salvador acerca de los escándalos y de quienes los dan,sabe cómo la Iglesia y cada individuo deben juzgar sobre lo que fue y especado. Pero quien, fundándose en estos lamentables desacuerdos entre la fe yla vida, entre las palabras y los actos, entre la conducta exterior y lospensamientos interiores de algunos -aunque fuesen éstos muchos-, echa enolvido, o conscientemente pasa en silencio la enorme suma de genuina actividadpara llegar a la virtud, al espíritu de sacrificio, al amor fraternal, alheroísmo de santidad, en tantos miembros de la Iglesia, manifiesta una ceguerainjusta y reprobable. Y cuando luego se ve que la rígida medida, con que juzgaa la odiada Iglesia, se deja al margen cuando se trata de otras sociedades quele son cercanas por sentimiento o interés, entonces se evidencia que, almostrarse lastimado en su pretencioso sentido de pureza, se revela semejante aaquellos que, según la tajante frase del Salvador, ven la paja en ojos ajenosy no perciben la viga en el propio. También es menos pura la intención deaquellos que ponen por fin de su vocación lo que hay de humano en la Iglesia,hasta quizás hacer de ello un negocio bastardo, y si bien la potestad de quienestá investido de la dignidad eclesiástica, fundada en Dios, no depende de sunivel humano y moral, sin embargo, no hay época alguna, ni individuo, nisociedad que no deba examinar sinceramente su conciencia, purificarseinexorablemente, renovarse profundamente en el sentir y en el obrar. EnNuestra Encíclica sobre el Sacerdocio y en la de la Acción Católica hemosllamado insistentemente la atención de todos los pertenecientes a la Iglesia,y particularmente la de los eclesiásticos, religiosos y seglares, quecolaboran en el apostolado, sobre el sagrado deber de poner su fe y suconducta en aquella armonía exigida por la ley de Dios y reclamada conincansable insistencia por la Iglesia. También hoy Nos repetimos con gravedadprofunda: No basta ser contados en la Iglesia de Cristo, es preciso ser enespíritu y en verdad miembros vivos de esta Iglesia. Y lo son solamente losque están en gracia de Dios y caminan continuamente en su presencia, o por lainocencia o por la penitencia sincera y eficaz. Si el Apóstol de las Gentes,el vaso de elección, sujetaba su cuerpo al látigo de la mortificación, nofuera que, después de haber predicado a los otros, fuese él reprobado, ¿habrápor ventura, para aquellos en cuyas manos está la custodia y el incremento delreino de Dios, otro camino que el de la íntima unión del apostolado con lasantificación propia? Sólo así se demostrará a los hombres de hoy, y en primerlugar a los detractores de la Iglesia, que la sal de la tierra y la levaduradel Cristianismo no se ha vuelto ineficaz, sino que es poderosa y capaz derenovar espiritualmente y rejuvenecer a los que están en la duda y en elerror, en la indiferencia y descarriados espiritualmente, flojos en la fe yalejados de Dios, de quien ellos -lo admitan o lo nieguen- están másnecesitados que nunca. Una Cristiandad en que todos los miembros vigilen sobresí mismos, que deseche toda tendencia a lo puramente exterior y mundano, quese atenga seriamente a los preceptos de Dios y de la Iglesia, y se mantenga,por consiguiente, en el amor de Dios y en la solícita caridad para el prójimo,podrá y deberá ser ejemplo y guía para el mundo profundamente enfermo, quebusca sostén y dirección, si es que no se quiere que sobrevenga una enormecatástrofe o una decadencia indescriptible.18. Toda reforma genuina y duradera ha tenido propiamente su origen en elsantuario, en hombres inflamados e impulsados por amor de Dios y del prójimo;los cuales, gracias a su gran generosidad en corresponder a cualquierinspiración de Dios y a ponerla en práctica ante todo en sí mismos,profundizando en humildad y con la seguridad de quien es llamado por Dios,llegaron a iluminar y renovar su época. Donde el celo de reformas no derivó dela pura fuente de la sinceridad personal, sino que fue expresión y explosiónde impulsos pasionales, en vez de iluminar oscureció, en vez de construirdestruyó, y fue frecuentemente punto de partida para errores todavía másfunestos que los daños que se quería o se pretendía remediar. Es cierto que elespíritu de Dios sopla donde quiere; de las piedras puede suscitar loscumplidores de sus designios; y escoge los instrumentos de su voluntad segúnsus planes, no según los de los hombres. Pero El, que ha fundado la Iglesia yla llamó a la vida en Pentecostés, no quiebra la estructura fundamental de lasalvadora institución, por El mismo querida. Quien está movido por el espíritude Dios observa, por esto mismo, una actitud exterior e interior de respetohacia la Iglesia, noble fruto del árbol de la Cruz, don del Espíritu Santo enPentecostés al undo necesitado de guía.19. En vuestras regiones, Venerables Hermanos, se alzan voces, en coro cadavez más fuerte, que incitan a salir de la Iglesia; y entre los voceadores hayalgunos que, por su posición oficial, intentan producir la impresión de quetal alejamiento de la Iglesia, y consiguientemente la infidelidad a CristoRey, es testimonio particularmente convincente y meritorio de su fidelidad alactual régimenl. Con presiones, ocultas y manifiestas, con intimidaciones, conperspectivas de ventajas económicas, profesionales, cívicas o de otro género,la adhesión de los católicos a su fe -y singularmente la de algunas clases defuncionarios católicos- se halla sometida a una violencia tan ilegal comoinhumana. Nos, con paternal conmoción, sentimos y sufrimos profundamente conlos que han pagado a tan caro precio su adhesión a Cristo y a la Iglesia; perose ha llegado ya a tal punto, que está en juego el último fin y el más alto,la salvación, o la condenación; y en este caso, como único camino de salvaciónpara el creyente, queda la senda de un generoso heroísmo. Cuando el tentador oel opresor se le acerque con las traidoras insinuaciones de que salga de laIglesia, entonces no puede sino oponerle, aun a precio de muy gravessacrificios terrenales, la palabra del Salvador: Apártate de mí, Satanás,porque está escrito: al Señor tu Dios adorarás y a El sólo servirás. A laIglesia, por lo contrario, deberá dirigirle estas palabras: [exclamdown]Oh tú,que eres mi madre desde los días de mi infancia primera, mi fortaleza en lavida, mi abogada en la muerte! Que la lengua se me pegue al paladar si yo,cediendo a terrenas lisonjas o amenazas, llegase a traicionar las promesas demi bautismo. Finalmente, aquellos que se hicieron la ilusión de poderconciliar con el abandono exterior de la Iglesia la fidelidad interior a ella,adviertan la severa palabra del Señor: Al que me niega ante los hombres, lenegaré Yo delante de mi Padre, que está en los cielos.En el Primado20. La fe en la Iglesia no se mantendrá pura e incontaminada si no estáapoyada por la fe en el Primado del Obispo de Roma. En el mismo momento en quePedro, adelantándose a los demás apóstoles y discípulos, profesa su fe enCristo, Hijo de Dios vivo, la respuesta de Cristo, que le premiaba por su fe ypor haberla profesado, fue el anuncio de la fundación de su Iglesia, de laúnica Iglesia, sobre Pedro, la roca. Por esto la fe en Cristo, en la Iglesia yen el Primado están en sagrada trabazón de mutua dependencia. Una autoridadgenuina y legal es doquiera un vínculo de unidad y un manantial de fuerza, unadefensa contra la división y la ruina, una garantía para el porvenir. Y estose verifica en un sentido más alto y noble donde, como en el caso de laIglesia, y sólo en la Iglesia, a tal autoridad se le ha prometido laasistencia sobrenatural del Espíritu Santo y su apoyo invencible. Si personas,que ni siquiera están unidas por la fe de Cristo, os atraen y lisonjean con laseductora imagen de una iglesia nacional alemana, sabed que esto no es otracosa que renegar de la única Iglesia de Cristo, una apostasía manifiesta delmandato de Cristo de evangelizar a todo el mundo, lo que sólo puede llevar ala práctica una Iglesia universal. El desarrollo histórico de otras iglesiasnacionales, su entumecimiento espiritual, su opresión y servidumbre por partede los poderes laicos, muestran la desoladora esterilidad, que denuncia conirremediable certeza ser un sarmiento desgajado de la cepa vital de laIglesia. Quien, ya desde el principio, opone a estos erróneos desarrollos unno, vigilante e inconmovible, presta un servicio no solamente a la pureza dela fe, sino también a la salud y fuerza vital de su pueblo.Nociones y términos sagrados21. Venerables Hermanos: Ejerced particular vigilancia cuando conceptosreligiosos fundamentales son vaciados de su contenido genuino y son aplicadosa significados profanos.Revelación, en sentido cristiano, significa la palabra de Dios a los hombres.Usar este término para indicar las "sugestiones" que provienen de la sangre yde la raza, o la irradiación de la historia de un pueblo, es, en todo caso,causar desorientaciones. Tales monedas falsas no merecen pasar al tesorolingüístico de un fiel cristiano.La fe consiste en tener por verdadero lo que Dios ha revelado y que por mediode la Iglesia manda creer: es demostración de las cosas que no se ven. Laconfianza, risueña y altiva, sobre el porvenir del propio pueblo, cosa grata atodos, significa algo bien distinto de la fe en sentido religioso. El usar unapor otra, el querer sustituir la una por la otra y pretender con esto serconsiderado "creyente" por un cristiano convencido, es un mero juego depalabras, una confusión de términos a sabiendas, o tal vez algo peor.22. La inmortalidad, en sentido cristiano, es la sobrevivencia del hombredespués de la muerte terrena, como individuo personal, para la eternarecompensa o para el eterno castigo. Quien con la palabra inmortalidad noquiere expresar más que una supervivencia colectiva en la continuidad delpropio pueblo, para un porvenir de indeterminada duración en este mundo,pervierte y falsifica una de las verdades fundamentales de la fe cristiana, yconmueve los cimientos de cualquier concepción religiosa, la cual requiere unordenamiento moral universal. Quien no quiera ser cristiano, debería siquierarenunciar a enriquecer el léxico de su incredulidad con el patrimoniolingüístico cristiano.23. El pecado original es la culpa hereditaria, propia, aunque no personal, decada uno de los hijos de Adán, que en él pecaron; es pérdida de la gracia -y,consiguientemente, de la vida eterna- y propensión al mal, que cada cual ha desofocar y domar por medio de la gracia, de la penitencia, de la lucha y delesfuerzo moral. La pasión y muerte del Hijo de Dios redimió al mundo de lamaldita herencia del pecado y de la muerte. La fe en estas verdades, hechashoy objeto de vil escarnio por parte de los enemigos de Cristo en vuestrapatria, pertenece al inalienable depósito de la religión cristiana.24. La cruz de Cristo, por más que su solo nombre haya llegado a ser paramuchos locura y escándalo, sigue siendo para el cristiano la señal sacrosantade la redención, la bandera de la grandeza y de la fuerza moral. A su sombravivimos, besándola morimos; sobre nuestro sepulcro estará como pregonera denuestra fe, testigo de nuestra esperanza, aspiración hacia la vida eterna.25. La humildad en el espíritu del Evangelio y la impetración del auxiliodivino se compaginan bien con la propia dignidad, con la seguridad de sí mismoy con el heroísmo. La Iglesia de Cristo, que en todos los tiempos, hasta enlos más cercanos a nosotros, cuenta más confesores y heroicos mártires quecualquier otra sociedad moral, no necesita, ciertamente, recibir de algunos"campos" enseñanzas sobre el heroísmo de los sentimientos y de los actos. Ensu necio afán de ridiculizar la humildad cristiana como una degradación de símismo y como una actitud cobarde, la repugnante soberbia de estos innovadoresno consigue más que hacerse ella misma ridícula.26. Gracia, en sentido lato, puede llamarse todo lo que el Creador otorga a lacriatura. Pero la gracia, en el propio sentido cristiano de la palabra,comprende solamente los dones gratuitos sobrenaturales del amor divino, ladignación y la obra por la que Dios eleva al hombre a aquella íntimacomunicación de su vida, que en el Nuevo Testamento se llama filiación deDios. Mirad qué gran amor nos ha mostrado el Padre: que nos llamemos hijos deDios, y lo seamos en realidad. Rechazar esta elevación sobrenatural a lagracia por una pretendida peculiaridad del carácter alemán, es un error, unaabierta declaración de guerra a una verdad fundamental del Cristianismo.Equiparar la gracia sobrenatural a los dones de la naturaleza equivale aviolentar el lenguaje creado y santificado por la religión. Los pastores yguardianes del pueblo de Dios harán bien en oponerse a este hurto sacrílego ya este empeño por confundir los espíritus.Doctrina y orden moral27. Sobre la fe en Dios, genuina y pura, se funda la moralidad del génerohumano. Todos los intentos de separar la doctrina del orden moral de la basegranítica de la fe, para reconstruirla sobre la arena movediza de normashumanas, conducen, pronto o tarde, a los individuos y a las naciones a ladecadencia moral. El necio que dice en su corazón: No hay Dios, se encamina ala corrupción moral. Y estos necios, que presumen separar la moral de lareligión, constituyen hoy legión. No se percatan, o no quieren percatarse, deque, el desterrar de las escuelas y de la educación la enseñanza confesional,o sea, la noción clara y precisa del cristianismo, impidiéndola contribuir ala formación de la sociedad y de la vida pública, es caminar alempobrecimiento y decadencia moral. Ningún poder coercitivo del Estado, ningúnideal puramente terreno, por grande y noble que en sí sea, podrá sustituir pormucho tiempo a los estímulos tan profundos y decisivos que provienen de la feen Dios y en Jesucristo. Si al que es llamado a las empresas más arduas, alsacrificio de su pequeño yo en bien de la comunidad, se le quita el apoyomoral que le viene de lo eterno y de lo divino, de la fe ennoblecedora yconsoladora en Aquel que premia todo bien y castiga todo mal, el resultadofinal para innumerables hombres no será ya la adhesión al deber, sino más bienla deserción. La observancia concienzuda de los diez mandamientos de la ley deDios y de los preceptos de la Iglesia -estos últimos, en definitiva, no sonsino disposiciones derivadas de las normas del Evangelio-, es para todoindividuo una incomparable escuela de disciplina orgánica, de vigorizaciónmoral y de formación del carácter. Es una escuela que exige mucho, pero no másde lo que podemos. Dios misericordioso, cuando ordena como legislador: "Túdebes", da con su gracia la posibilidad de ejecutar su mandato. El dejar, porconsiguiente, inutilizadas energías morales de tan poderosa eficacia, o elobstruirles a sabiendas el camino en el campo de la instrucción popular, esobra de irresponsables, que tiende a producir una depauperación religiosa enel pueblo. Solidarizar la doctrina moral con opiniones humanas, subjetivas ymudables en el tiempo, en lugar de cimentarla en la santa voluntad de Dioseterno y en sus mandamientos, equivale a abrir de par en par las puertas a lasfuerzas disolventes. Por lo tanto, fomentar el abandono de las normas eternasde una doctrina moral objetiva, para la formación de las conciencias y para elennoblecimiento de la vida en todos sus planos y ordenamientos, es un atentadocriminal contra el porvenir del pueblo, cuyos tristes frutos serán muy amargospara las generaciones futuras.Derecho natural28. Funestísimo rasgo característico de nuestro tiempo es el querer separarcada vez más así la moral como el fundamento mismo del derecho y de lajusticia, de la verdadera fe en Dios y de los mandamientos por El revelados.Fíjase aquí Nuestro pensamiento en lo que se suele llamar derecho natural,impreso por el dedo mismo del Creador en las tablas del corazón humano, y quela sana razón humana no obscurecida por pecados y pasiones es capaz dedescubrir. A la luz de las normas de este derecho natural puede ser valoradotodo derecho positivo, cualquiera que sea el legislador, en su contenido éticoy, consiguientemente, en la legitimidad del mandato y en la obligación queimporta de cumplirlo. Las leyes humanas, que están en oposición insoluble conel derecho natural, adolecen de un vicio original, que no puede subsanarse nicon las opresiones ni con el aparato de fuerza externa. Según este criterio,se ha de juzgar el príncipe: "Derecho es lo que es útil a la nación". Ciertoque a este principio se le puede dar un sentido justo, si se entiende que lomoralmente ilícito no puede ser jamás verdaderamente ventajoso al pueblo.Hasta el antiguo paganismo reconoció que, para ser justa, esta frase debía sertraspuesta y decir: Nada hay que sea ventajoso si no es al mismo tiempomoralmente bueno; y no por ser ventajoso es moralmente bueno, sino que por sermoralmente bueno es también ventajoso. Este principio, descuajado de la leyética, equivaldría, por lo que respecta a la vida internacional, a un eternoestado de guerra entre las naciones; además, en la vida nacional, pasa poralto, al confundir el interés y el derecho, el hecho fundamental de que elhombre como persona tiene derechos recibidos de Dios, que han de serdefendidos contra cualquier atentado de la comunidad que pretendiese negarlos,abolirlos o impedir su ejercicio. Despreciando esta verdad se pierde de vistaque, en último término, el verdadero bien común se determina y se conocemediante la naturaleza del hombre con su armónico equilibrio entre derechopersonal y vínculo social, como también por el fin de la sociedad, determinadopor la misma naturaleza humana. El Creador quiere la sociedad como medio parael pleno desenvolvimiento de las facultades individuales y sociales: y así, deella tiene que valerse el hombre, ora dando, ora recibiendo, para el bienpropio y el de los demás. Hasta aquellos valores más universales y más altosque solamente pueden ser realizados por la sociedad, no por el individuo,tienen, por voluntad del Creador, como fin último el hombre, así como sudesarrollo y perfección natural y sobrenatural. El que se aparte de este ordenconmueve los pilares en que se asienta la sociedad y pone en peligro latranquilidad, la seguridad y la existencia de la misma.29. El creyente tiene un derecho inalienable a profesar su fe y a practicarlaen la forma más conveniente a aquélla. Las leyes que suprimen o dificultan laprofesión y la práctica de esta fe están en oposición con el derecho natural.30. Los padres, conscientes y conocedores de su misión educadora, tienen,antes que nadie, derecho esencial a la educación de los hijos, que Dios les hadado, según el espíritu de la verdadera fe y en consecuencia con susprincipios y sus prescripciones. Las leyes y demás disposiciones semejantesque no tengan en cuenta la voluntad de los padres en la cuestión escolar, o lahagan ineficaz con amenazas o con la violencia, están en contradicción con elderecho natural y son íntima y esencialmente inmorales.31. La Iglesia, que tiene como misión guardar e interpretar el derechonatural, divino en su origen, tiene el deber de declarar que son efecto de laviolencia, y, por lo tanto, sin valor jurídico alguno, las "matrículas"escolares hechas recientemente en una atmósfera de notoria carencia delibertad.A la juventud32. Representantes de Aquel que en el Evangelio dijo a un joven: Si quieresentrar en la vida eterna, guarda los mandamientos, Nos dirigimos una palabraparticularmente paternal a la juventud.Por mil veces se os repite al oído un Evangelio que no ha sido revelado por elPadre celestial, miles de plumas escriben al servicio de una sombra decristianismo, que no es el Cristianismo de Cristo. La prensa y la radio osinundan a diario con producciones de contenido opuesto a la fe y a la Iglesia,y sin consideración y respeto alguno atacan lo que para vosotros debe sersagrado y santo. Sabemos que muchísimos de vosotros, por ser fieles a la fe ya la Iglesia y por pertenecer a asociaciones religiosas, tuteladas por elConcordato, habéis tenido y tenéis que soportar trances duros de desprecio, desospechas, de vituperios, acusados de antipatriotismo, perjudicados en vuestravida profesional y social. Y bien sabemos que se cuentan en vuestras filasmuchos desconocidos soldados de Cristo, que, con el corazón dolorido, pero conla frente erguida, sobrellevan su suerte y buscan alivio solamente en laconsideración de que sufren afrentas por el nombre de Jesús.33. Y hoy, cuando amenazan nuevos peligros y nueva tirantez, Nos decimos aesta juventud: "Si alguno os quisiere anunciar un Evangelio distinto del querecibisteis sobre el regazo de una madre piadosa, de los labios de un padrecreyente, por las instrucciones de un educador fiel a Dios y a su iglesia,aquel tal sea anatema. Si el Estado organiza a la juventud en asociaciónnacional obligatoria para todos, en ese caso, dejando a salvo siempre losderechos de las asociaciones religiosas, los jóvenes tienen el derecho obvio einalienable, y con ellos sus padres, responsables de ellos ante Dios, deexigir que esta asociación esté libre de toda tendencia hostil a la fecristiana y a la Iglesia, tendencia que hasta un pasado muy reciente, y aunhasta el presente, angustia a los padres creyentes con un insoluble conflictode conciencia, por cuanto no pueden dar al Estado lo que se les pide en nombredel Estado, sin quitar a Dios lo que a Dios pertenece.34. Nadie piensa en poner tropiezos a la juventud alemana en el camino quedebiera conducirla a la realización de una verdadera unidad nacional y afomentar un noble amor por la libertad y una inquebrantable devoción a lapatria. A lo que Nos nos oponemos y nos debemos oponer es al antagonismovoluntaria y sistemáticamente suscitado entre las preocupaciones de laeducación nacional y las del deber religioso. Por esto, Nos decimos a estajuventud: "Cantad vuestros himnos de libertad, mas no olvidéis que laverdadera libertad es la libertad de los hijos de Dios. No permitáis que lanobleza de esta insustituible libertad desaparezca en los grilletes servilesdel pecado y de la concupiscencia. No es lícito a quien canta el himno de lafidelidad a la patria terrenal convertirse en tránsfuga y traidor con lainfidelidad a su Dios, a su Iglesia y a su patria eterna. Os hablan mucho degrandeza heroica, contraponiéndola osada y falsamente a la humildad y a lapaciencia evangélica, pero ¿por qué os ocultan que se da también un heroísmoen la lucha moral, y que la conservación de la pureza bautismal representa unaacción heroica, que debería ser apreciada como merece, tanto en el camporeligioso como en el natural? Os hablan de las fragilidades humanas en lahistoria de la Iglesia, pero ¿por qué os ocultan las grandes gestas que laacompañan a lo largo de los siglos, los sntos que ha producido, los beneficiosque la civilización occidental recibió de la unión vital entre la Iglesia yvuestro pueblo? Os hablan mucho de ejercicios deportivos, los cuales, si seusan en una bien entendida medida, dan gallardía física, que es un beneficiopara la juventud. Pero hoy se les señala, con frecuencia, una extensión que notiene en cuenta ni la formación integral y armónica del cuerpo y del espíritu,ni el conveniente cuidado de la vida de familia, ni el mandamiento desantificar el día del Señor. Con una indiferencia rayana en el desprecio, sedespoja al día del Señor de su carácter sagrado y de su recogimiento quecorresponde a la mejor tradición alemana". Esperamos confiados que los jóvenesalemanes católicos reivindicarán explícitamente, en el difícil ambiente de lasorganizaciones obligatorias del Estado, su derecho a santificar cristianamenteel día del Señor; que el cuidado de robustecer el cuerpo no les hará olvidarsu alma inmortal; que no se dejarán vencer por el mal, sino que más bienprocurarán ahogar el mal con el bien"; que seguirán considerando como metaaltísima suya la corona de la victoria en el estadio de la vida eterna.Sacerdotes y religiosos35. Dirigimos una palabra de particular gratitud y de exhortación a lossacerdotes de Alemania, a los cuales, con sumisión a sus Obispos, correspondemostrar a la grey de Cristo los rectos senderos, en tiempos difíciles y encircunstancias duras, con la solicitud diaria, con la paciencia apostólica. Noos canséis, amados Hijos y partícipes de los divinos misterios, de seguir aleterno Sumo Sacerdote Jesucristo en su amor y oficio de buen Samaritano.Caminad de continuo en conducta inmaculada ante Dios, en incesanteautodisciplina y perfeccionamiento, en amor misericordioso para todos los queos han sido confiados, especialmente para con los que peligran, los débiles ylos vacilantes. Sed guías para los fieles, apoyo para los que titubean,maestros para los que dudan, consoladores para los afligidos, bienhechoresdesinteresados y consejeros para todos. Las pruebas y los sufrimientos por queha pasado vuestro pueblo en el periodo de la posguerra, no pasaron sin dejarhuellas en su alma. Os han dejado angustias y amarguras, que sólopaulatinamente podrán curarse y ser superadas por un espíritu de amordesinteresado y operante. Este amor, que es la armadura indispensable alapóstol, especialmente en el mundo presente, agitado y trastornado, Nos lodeseamos y lo imploramos de Dios para vosotros en medida copiosa. El amorapostólico, si no logra haceros olvidar, por lo menos os hará perdonar muchasamarguras inmerecidas que, en vuestro camino de sacerdotes y de pastores dealmas, son hoy más numerosas que nunca. Por lo demás, este amor inteligente ymisericordioso para con los descarriados y para con los mismos que os ultrajanno significa, ni en manera alguna puede significar renuncia a proclamar, ahacer valer y a defender con valentía la verdad, y a aplicarla a la realidadque os rodea. El primero y más obvio don amoroso del sacerdote al mundo esservirle la verdad, la verdad toda entera, desenmascarar y refutar el error,cualquiera que sea su forma o su disfraz. La renuncia a esto sería nosolamente una traición a Dios y a vuestra santa vocación, sino un delito en lotocante al verdadero bienestar de vuestro pueblo y de vuestra patria. A todosaquellos, que han conservado para con sus Obispos la fidelidad prometida en laordenación, a aquellos que, en el cumplimiento de su oficio pastoral, hantenido y tienen que soportar dolores y persecuciones -algunos hasta serencarcelados o mandados a campos de concentración-, a todos éstos llegue laexpresión de la gratitud y el encomio del Padre de la Cristiandad. Y Nuestragratitud paterna se extiende igualmente a los religiosos de ambos sexos, unagratitud unida a una participación íntima por el hecho de que, a consecuenciade medidas contra las Ordenes y Congregaciones religiosas, muchos han sidoarrancados del campo de una actividad bendita y para ellos gratísima. Sialgunos han sucumbido y se han mostrado indignos de su vocación, sus yerros,condenados también por la Iglesia, no disminuyen el mérito de la grandísimamayoría que con desinterés y pobreza voluntaria se han esforzado por servircon plena entrega a su Dios y a su pueblo. El celo, la fidelidad, el esfuerzoen perfeccionarse, la solícita caridad para con el prójimo y la prontitudbienhechora de aquellos religiosos, cuya actividad se desenvuelve en loscuidados pastorales, en los hospitales y en la escuela, son y siguen siendogloriosa aportación al bienestar privado y público: un futuro tiempo mástranquilo les hará justicia más que el turbulento que atravesamos. Nos tenemosconfianza de que los superiores de las comunidades religiosas tomarán pie delas dificultades y pruebas presentes para implorar del Omnipotente nuevalozanía y nueva fertilidad sobre el duro campo de su trabajo, por medio de unredoblado celo, de una vida espiritual profunda, de una santa gravedadconforme a su vocación y de una genuina disciplina regular.Fieles seglares36. Se ofrecen a Nuestra vista en inmenso desfile Nuestros amados hijos ehijas, a quienes los sufrimientos de la Iglesia en Alemania y los suyos nadahan quitado de su entrega a la causa de Dios, nada de su tierno afecto haciael Padre de la Cristiandad, nada de su obediencia a los Obispos y sacerdotes,nada de su alegre prontitud en permanecer en lo sucesivo, pase lo que pase,fieles a lo que han creído y a lo que han recibido como preciosa herencia desus antepasados. Con Corazón conmovido les enviamos Nuestro paternal saludo.37. Y en prime lugar, a los miembros de las asociaciones católicas, que convalentía y a costa de sacrificios, a menudo dolorosos, se han mantenido fielesa Cristo y no han estado jamás dispuestos a ceder en aquellos derechos que unsolemne pacto había auténticamente garantizado a la Iglesia y a ellos. Vatambién un saludo particularmente cordial a los padres católicos. Sus derechosy sus deberes en la educación de los hijos, que Dios les ha dado, están en elpunto agudo de una lucha tal que no se puede imaginar otra mayor. La Iglesiade Cristo no puede comenzar a gemir y a lamentarse solamente cuando sedestruyen los altares y manos sacrílegas incendian los santuarios. Cuando seintenta profanar, con una educación anticristiana, el tabernáculo del alma delniño, santificada por el bautismo, cuando se arranca de este templo vivo deDios la antorcha de la fe y en su lugar se coloca la falsa luz de unsustitutivo de la fe, que no tiene nada que ver con la fe de la cruz, entoncesya está cerca la profanación espiritual del templo, y es deber de todocreyente separar claramente su responsabilidad de la parte contraria y suconciencia de toda pecaminosa colaboración en tan nefasta destrucción. Ycuanto más se esfuercen los enemigos en negar o disimular sus turbiosdesignios, tanto más necesaria es una avisada desconfianza y una vigilanciaprecavida, estimulada por una amarga experiencia. La conservación meramenteformularia de una instrucción religiosa -vigilada e impedida, además, por losno llamados a ello- en el ambiente de una escuela que en otros ramos de lainstrucción trabaja sistemática y rencorosamente contra la misma religión, nopuede nunca ser título justificativo para que un cristiano acepte librementetal clase de escuela, destructora de todo lo religioso. Sabemos, queridospadres católicos, que no es el caso de hablar, con respecto a vosotros, de unsemejante consentimiento, y sabemos que una votación libre y secreta entrevosotros equivaldría a un aplastante plebiscito en favor de la escuelaconfesional. Y por esto no Nos cansaremos tampoco en lo futuro de echar encara francamente a las autoridades responsables la ilegalidad de las medidasviolentas que hasta ahora se han tomado, y el deber que tienen de permitir lalibre manifestación de la voluntad. Entretanto, no os olvidéis de esto: Ningúnpoder terrenal puede eximiros del vínculo de responsabilidad, impuesto porDios, que os une con vuestros hijos. Ninguno de los que hoy oprimen vuestroderecho a la educación y pretenden sustituiros en vuestros deberes deeducadores, podrá responder por vosotros al Juez eterno, cuando le dirija lapregunta: ¿Dónde están los que yo te di? Que cada uno de vosotros puedaresponder: No he perdido ninguno de los que me diste.La voz de un Padre38. Venerables Hermanos: Estamos ciertos de que las palabras que Nos osdirigimos, y por vuestro conducto a los católicos del Reich alemán,encontrarán, en esta hora decisiva, en el corazón y en las acciones deNuestros fieles hijos un eco correspondiente a la solicitud amorosa del Padrecomún. Si hay algo que Nos imploramos del Señor con particular fervor, es queNuestras palabras lleguen también a los oídos y al corazón de aquellos que hanempezado a dejarse prender por las lisonjas y por las amenazas de los enemigosde Cristo y de su santo Evangelio, y que les hagan reflexionar.Hemos pesado cada palabra de esta Encíclica en la balanza de la verdad y, almismo tiempo, del amor. No queríamos ser culpables, con un silencioinoportuno, por no haber aclarado la situación; ni de haber endurecido, con unrigor excesivo, el corazón de aquellos que, estando confiados a Nuestraresponsabilidad pastoral, no Nos son menos amados porque caminen ahora por lasvías del error y porque se hayan alejado de la Iglesia. Aunque muchos deéstos, acostumbrados a los modos del nuevo ambiente, no tienen sino palabrasde ingratitud y hasta de injuria para la casa paterna y para el Padre mismo,aunque olvidan cuán precioso es lo que ellos han despreciado, vendrá el día enque el espanto que sentirán por su alejamiento de Dios y por su indigenciaespiritual pesará sobre estos hijos hoy perdidos, y la añoranza nostálgica losconducirá de nuevo al Dios que alegró su juventud, y a la Iglesia, cuya manomaternal les enseñó el camino hacia el Padre celestial. Acelerar esta hora esel objeto de Nuestras incesantes plegarias.39. Como otras épocas de la Iglesia, también ésta será precursora de nuevosprogresos y de purificación interior, cuando la fortaleza en la profesión dela fe y la prontitud en afrontar los sacrificios por parte de los fieles deCristo sean lo bastante grandes para contraponer a la fuerza material de losopresores de la Iglesia la adhesión incondicional a la fe, la inquebrantableesperanza, afirmada en lo eterno, la fuerza arrolladora de una caridad activa.El sagrado tiempo a la Cuaresma y de Pascua, que invita al recogimiento y a lapenitencia y hace al cristiano volver los ojos más que nunca a la Cruz, asícomo, al mismo tiempo, al esplendor del Resucitado, sea para todos y para cadauno de vosotros una ocasión, que acogeréis con gozo y aprovecharéis con ardor,para llenar toda el alma con el espíritu heroico, paciente y victorioso queirradia de la Cruz de Cristo. Entonces los enemigos de Cristo -estamos segurosde ello- que en vano sueñan con la desaparición de la Iglesia, reconocerán quese han alegrado demasiado pronto y que han querido sepultarla demasiadodeprisa. Entonces vendrá el día en que, en vez de prematuros himnos de triunfode los enemigos de Cristo, se elevará al cielo, de los corazones y de loslabios de los fieles, el Te Deum de la liberación, un Te Deum de acción degracias al Altísimo, un Te Deum de júbilo, porque el pueblo alemán, hasta ensus mismos miembros descarriados, habrá encontrado el camino de la vuelta a lareligión; con una fe purificada por el dolor, doblará nuevamente su rodilla enpresencia del Rey del tiempo y de la eternidad, Jesucristo, y se dispondrá aluchar -contra los que niegan a Dios y destruyen el Occidente cristiano- enarmonía con todos los hombres bien intencionados de las otras naciones, y acumplir la misión que le han asignado los planes del Eterno.40. Aquél, que sondea los corazones y los deseos, Nos es testigo de que Nos notenemos aspiración más íntima que la del restablecimiento de una paz verdaderaentre la Iglesia y el Estado en Alemania. Pero si la paz, sin culpa Nuestra,no viene, la Iglesia de Dios defenderá sus derechos y sus libertades, ennombre del Omnipotente, cuyo brazo aun hoy no se ha abreviado. Llenos deconfianza en El, no cesamos de rogar y de invocar por vosotros, hijos de laIglesia, para que se acorten los días de la tribulación, y para que vosotrosseáis encontrados dignos fieles en el día de la prueba, y para que aun a losmismos perseguidores y opresores les conceda el Padre de toda luz y de todamisericordia la hora del arrepentimiento para sí y para muchos que con elloshan errado y yerran.Con esta plegaria en el corazón y en los labios, Nos impartimos, como prendade la ayuda divina, como apoyo en vuestras decisiones difíciles y llenas deresponsabilidad, como lenitivo en el dolor, a vosotros, Obispos, pastores devuestro pueblo fiel, a los sacerdotes, a los religiosos, a los apóstolesseglares de la Acción Católica y a todos vuestros diocesanos, y en señaladolugar a los enfermos y prisioneros, con amor paternal la Bendición Apostólica.Dado en el Vaticano, en la dominica de Pasión, 14 de marzo de 1937.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Reflexión de Ximena García Ituarte sobre la eutanasia

Ximena García ituarte

Etica y eutanasia



En este artículo encontramos, un análisis de el procedimiento llamado eutanasia, que consiste en la acción intencional de quitar la vida a enfermos en etapas terminales, es decir, aquellos que padecen enfermedades incurables o a los que ya nada se les puede ofrecer en medicina, situación que aparentemente pudiera tener incluso un motivo de piedad e incluso de ayuda a este tipo de pacientes.

Se señala que algunos grupos consideran que este acto es adecuado, ya que no se debe permitir el sufrimiento de ninguna persona y que ante situaciones extremas y de mucho dolor es preferible la muerte intencional de los enfermos y ancianos, lo que además resultaría en evitar costosos tratamientos.

En ese sentido se señalan las muertes que en diversas culturas, pudieran ser similares a la eutanasia, tales como la de los ancianos en las tribus de Alaska, o las de los guerreros Samurai del Japón, pero se demuestra que esta no es propiamente eutanasia, sino la decisión individual de morir por las propias creencias.

Por lo cual a mi, me pareció que ya en el análisis de la ética de este procedimiento, la eutanasia, el privar de la vida a un ser humano, aun con motivos de misericordia, en realidad encierra un grave daño a la sociedad que permite la realización de este acto a ancianos, discapacitados y enfermos, por grave que estos estén, ya que la preservación de la vida o la conservación de la vida, es el más importante valor de cualquier especie, especialmente de la vida humana, y que en el terreno de la biología es el fundamento de preservación de la vida.

Se hace una descripción del porque las diversas religiones del mundo se oponen a la eutanasia y se señala el porque ha crecido en algunas personas la tentación a sumarse a este acto, ya que en el mundo actual, vivimos una etapa de materialismo, utilitarismo de las cosas y hedonismo, es decir ver tan sólo lo placentero de las cosas.

Creo que este articulo nos ayuda a la reflexión del valor de toda vida humana.


Bibliografía:

García Colorado, Gabriel, “Bioética y eutanasia”, Neurobios, 1997, Vol, 2, No. 8, México, pp. 22-24

Muerte encefálica. Bioética, criterios neurológicos

CONSIDERACIONES ALREDEDOR DEL CONCEPTO DE MUERTE BAJO CRITERIOS NEUROLÓGICOS (MUERTE ENCEFÁLICA).


Pensar en el concepto de la muerte bajo criterios neurológicos (encefálica), teniendo en cuenta la diversidad de perspectivas por las que podemos hacerlo, lleva implícito la imposibilidad de desconocer los avances tecnológicos que se han dado en la segunda mitad de este siglo. Hacerlo, significaría negar los avances que en otros ámbitos la humanidad ha logrado, tales como el desarrollo en el campo de la informática o en las comunicaciones digitales.

El surgimiento de las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) han permitido nuevas posibilidades terapéuticas en materia de recuperación para pacientes críticos, pero al mismo tiempo bajo dichos cuidados intensivos, se han presentado situaciones desconocidas hasta entonces: estados vegetativos persistentes, y muerte encefálica, entre otros. Es conveniente destacar que las definiciones de estas nuevas situaciones fueron desarrolladas luego de procesos de consenso internacional.

En la historia de la humanidad el concepto de la muerte ha sido abordado por innumerables disciplinas, prácticas y saberes; y atravesado por cosmovisiones y representaciones que han ido dando forma a diversas construcciones sociales alrededor del mismo.

Las representaciones sociales son aquellas formas de percibir, categorizar y valorar algunos procesos naturales por la comunidad, en tal sentido la definición de muerte debería reflejar aquello que la sociedad en su conjunto ha considerado como finalización de la vida.

Es entonces pertinente ahondar en estas consideraciones, en donde el concepto de la muerte y sus implicancias teórico prácticas sea abordado por este comité, desde las perspectivas bioéticas.


Del criterio cardiopulmonar al criterio neurológico (Muerte Encefálica)

“ El desarrollo de los respiradores mecánicos efectivos y de medios del mantenimiento circulatorio y la resucitación en emergencia cardiorrespiratoria (reanimación) compele a los médicos a fines de la década del 50 a encarar un estado (...), imposible de imaginar previamente: una condición bajo la cual el cerebro perdía sus funciones mientras órganos del cuerpo sé mantenían funcionando: “Cadáveres batientes”. La cuestión consistía en ¿Estaba el paciente en ese estado vivo?”

Durante siglos se consideró que el cese de la función cardiopulmonar predecía el cese irreversible del funcionamiento del organismo en su conjunto, con lo cual el criterio cardiopulmonar satisfacía como criterio de muerte, y como tal funcionaba.

A mediados del año 59 los neurólogos franceses, Mollaret u Goulon, describen las observaciones realizadas en algunos pacientes que presentaban lesión neurológica irreversible y ausencia de actividad electroencefalográfica, cuadro que denominaron “coma depassé”, para señalar que presentaba un estadio mas allá de todos los grados de coma descriptos y que evolucionaba al paro cardiaco irreversible en pocas horas.

De este modo los autores reflejan el dilema acerca de delimitar “las ultimas frontera de la vida”.

Ahora bien, ante el auge de la cirugía de transplante, con transplantes renales de donantes vivos a mediados de la década del 50 y posteriormente la aparición de la posibilidad tecnológica del transplante cardiaco, se acrecienta el interés por el diagnóstico de muerte basado en el criterio de muerte cerebral-

Es importante señalar al respecto que el “concepto de muerte cerebral no aparece beneficiando al transplante de órganos, sino que el mismo fue una consecuencia del desarrollo de las unidades de cuidados intensivos”.

Asimismo en el 68, aparece una trascendental publicación en el Jornal Of the American Medical Association, referida al informe “ Ad Hoc Comité of the Harvard Medical School”, en el cual se hacia referencia a una nueva definición de coma irreversible, la cual fue conocida como el “Criterio Harvard”. Con ello se perseguía “...delinear el criterio de muerte cerebral para el uso del pronunciamiento de la muerte en pacientes que estaban mantenidos con respiradores, así los órganos podían ser usados para transplante”

Ahora bien a ala luz de los hechos, la finalidad expresada por el comité de Harvard de replantear una nueva definición de muerte sustentada en el coma irreversible, vislumbra consideraciones netamente utilitaristas, con relación al potencial beneficio de la utilización de los órganos de los pacientes con muerte cerebral, para transplante; este tipo de razones son las que dieron lugar a filósofos como Daniel Wikler entre otros a considerar que la redefinición de muerte cerebral esta sustentada en “ razones espurias”, en tanto respuestas a la denominada por el “acomodación tecnológica”. De hecho esto no es así, y para ello es necesario remitirse a los acontecimientos históricos previamente referenciados, aunque ello no impide reconocer la desafortunada referencia consecuencialista, respecto del aprovechamiento de los órganos, hecha por el comité de Harvard.

La formación de una comisión Presidencial en 1981 para el “Estudio de los Problemas Éticos en Medicina y en las Investigación Biomédica y del Comportamiento”, no contribuyo a aclarar la cuestión puesto que en la elaboración de su informe alude a dos criterios de muertes factibles. Así es como el estatuto denominado UDDA (Determinación Uniforme de los Actos de Muerte) de la Comisión Presidencial definía: “Un individuo que se encuentra tanto con (1) la cesación irreversible de las funciones de circulación y respiración, o (2) la cesación irreversible de todas las funciones del encéfalo completo, incluyendo el tronco, esta muerto. La determinación de la muerte debe realizarse de acuerdo con los estándares médicos aceptados”.

El estatuto de la UDDA de 1981- aceptado por la mayoría de los estados de los EEUU- incorporando es criterio de 2muerte cerebral” a la par de sostener el criterio cardiorrespiratorio ha promovido innumerables criticas que podríamos sintetizarla en el siguiente: ¿es admisible la coexistencia de dos eventos para certificar la muerte? ¿Qué ha sido erróneo?.


Hacia una completa definición de muerte.

Siguiendo los fundamentos teóricos de Bernard Gert, parece importante rescatar que la definición de los términos que empleamos en el lenguaje cotidiano, reflejan no solo el uso ordinario del término, sino también las prácticas sociales que el mismo habilita. Consecuentemente la definición de muerte no queda exenta de ello. El término muerte asume en su uso ordinario el hecho de que “solo un organismo viviente es quien puede morir”. Con ello queremos dejar en claro que una definición completa de muerte debe reflejar la irreversibilidad de dicho evento en cualquier organismo vivo, incluido el hombre en tanto miembro de la comunidad biótica.

Consecuentemente una definición biologisista de muerte implicaría que 2un organismo esta muerte si y solo si (1) este ha cesado permanentemente de funcionar como un todo y cuando sea aplicable, (2) este ha perdido permanentemente la conciencia y (3) todas las partes identificables del organismo, han perdido permanentemente la conciencia”.
“Una definición estatutoria de muerte debería incluir solo un único criterio de muerte: el cese irreversible de las funciones de todo el encéfalo. El cese irreversible de la circulación y de la respiración espontánea pueda continuar como un método usual para determinar la muerte, si bien no se lo debería transformar en un criterio”.

Con frecuencia se ha incurrido en el error de confundir desde el punto de vista semántico, los términos definición, criterio y test.

“Gran parte de la confusión y de la controversia actual sobre muerte encefálica se debe a que no se distinguen 3 elementos (1) la definición de muerte, que debería captar con la mayor precisión el uso ordinario del termino “muerto” y otros términos relacionados con este, (2) el criterio medico para determinar que la muerte ha ocurrido, el cual depende de los cambios de la concepción del organismo y (3) los test para probar que el criterio ha sido satisfecho, los cuales se modifican con el desarrollo de la tecnología médica”.

Citemos a modo de ejemplos algunas de aquellas contradicciones en las que se incurre mediante la confusión en la utilización de los términos, como lo es confundir criterio por definición, test por criterios y test por definición; a modo de ejemplo citemos: el considerar que un individuo tiene electroencefalograma plano esta muerto, tomando un único test aislado de otros criterios un individuo que tiene el corazón latiendo esta vivo, o que el paciente que padece anencefalia o estado vegetativo persistente como el caso Karen Quinland, esta muerto o que un paro respiratorio aislado es sinónimo de muerte, es así que en cada situación en el que se descontextualiza un hecho aislado, o un test, se habrá de incurrir en graves conclusiones.

Consecuentemente lo que ha sucedido con el estatuto UDDA, es haber confundido criterios y test, proporcionando dos criterios de muerte erróneamente, puesto que el cese e irreversible de las funciones circulatorias y respiratorias no es mas que un método o test de corroboración del cese irreversible del funcionamiento del organismo como un todo.

¿Qué ha sido erróneo?. El confundir el significado de los términos y las practicas que habilitan, como lo es haber tomado por mas de 300 años el criterio de muerte cardiorrespiratorio como definición y criterio al mismo tiempo.
Lo cierto es que ante la aparición de nuevos métodos diagnósticos de muerte se abre la posibilidad de corroborar que no es el corazón y los pulmones el centro organizador del funcionamiento del organismo como un todo “la interacción sumamente compleja de todos o de la mayoría de los subsistemas orgánicos” sino que esa importante función organizadora es llevada a cabo por el encéfalo (cerebro superior mas tronco encefálico). Por lo cual cuando el encéfalo cesa en sus funciones vitales que le son especificas, el ser humano ha dejado de existir desde el mas lato sentido biológico.

Repitámoslo: “la muerte es el cese permanente de todo elk funcionamiento clínicamente observable del organismo como un todo, y cuando sea aplicable la perdida de la conciencia por el organismo y todas sus partes identificables”.

El criterio que se sustenta en dicha definición, es uno: el cese irreversible del funcionamiento de todo el encéfalo. El cese irreversible de la circulación y la respiración espontánea no son mas que el método más usual para determinar el cese irreversible del funcionamiento de todo el encéfalo (Whole Brain).

El criterio de muerte encefálica ha surgido desde consideraciones medicas para determinar que la muerte ha ocurrido dando a lugar a convenciones biomédicas de alcance universal.


Otros criterios de muerte a tener en cuenta

Desde el punto de vista neurológico hay países, como Inglaterra y Canadá, que sostienen como criterio de muerte, la “muerte del tronco encefálico”; en tal sentido no se requiere para la certificación de la misma ningún estudio neurofisiológico adicional (electroencefalograma o potenciales evocados multimodales).

Sin embrago las dos vertientes contemporáneas, desde el punto de vista fisiológico, en relación a cuando considerar que un individuo ha muerto, se hallan reflejadas en las posturas conocidas como de “cerebro total” (whole brain) y la del “cerebro superior” (higher brain). La primera de ellas es la sustentada fisiológicamente bajo la consideración biologicista de la muerte, y es la que se ha desarrollado bajo la concepción de la muerte encefálica.

Por el contrario el criterio de cerebro superior (neocortex) desde una concepcion esencialista de persona, sostiene que la perdida del contenido de la conciencia y con ella la perdida irreversible de las funciones cerebrales superiores como la capacidad de juicio, memoria, lenguaje, percepción y cognición, perdiendo en ello el sentido de la existencia, es condición necesaria y suficiente para determinar que una persona ha muerto. Desde la definición de muerte esencialista, el contenido de la conciencia es la función tan esencial a nuestro concepto de vida humana, que es imposible su reemplazo; y a aquellos individuos que la pierden, deberíamos tratarlos como muertos.

El criterio del cerebro superior, si tuviese expresión legal, consideraría como muertos a individuos en estado vegetativo persistente (EVP, caso Karen Quinlan), o a pacientes con demencias profundas y anencefálicos. Esta postura no es solo contraintiutiva respecto de lo que la muerte implica, sino que además no ha encontrado sustento jurídico en el mundo.


En la Republica Argentina

En la Argentina, ya desde la primera ley de transplante sancionada en el año 1977 en su artículo 21, se expresaba claramente el criterio de muerte encefálica para considerar el fallecimiento de una persona. Dicho criterio se ha sostenido en las reformulaciones subsiguientes. La ley en vigencia 24193 , establece el criterio neurológico de muerte encefálica en el articulo nro 23. dicho prescripción se considera vigente para todo el ordenamiento jurídico argentino, quedando de hecho incorporada a lo establecido previamente en el art 103 del Código Civil, que marca el fin de la existencia de la personas físicas con la muerte natural de las mismas. Con ello lo que queda claro que la expresión legislativa vigente incorpora la concepción trascendental de que la muerte encefálica, es muerte a todos los efectos; no a los fines de una ley de transplante.

Asimismo es de destacar que la expresión legislativa se complementa con el Protocolo Nacional Vigente de Diagnostico de Muerte bajo Criterios Neurológicos.


Comité de bioética del INCUCA

Este Comité considera de trascendental importancia precisar la definición de muerte bajo criterios neurológicos, entendiendo que si bien este instituto (INCUCAI) regula la actividad transplantológica, la muerte bajo criterios neurológicos es muerte a todos los efectos, independientemente de esta actividad. La posibilidad de la donación de órganos después de la muerte no debe ser nunca el factor decisivo para la determinación de la misma. No es moralmente justificable aplicar criterios diferentes de muerte según se trate o no, de potenciales donantes de órganos.

La definición de muerte y el criterio de muerte encefálica en la cual se sustenta, debe ser ajeno a cualquier consideración consecuencialista; esto es que resulta inadmisible condicionar el evento de la muerte a cualquier necesidad o propósito, independientemente del fin que se persiga.

Para objetivar el criterio de muerte encefálica y poder trabajar desde el, es necesario partir de una concepción estrictamente biológica, bajo la cual el criterio de irreversibilidad cobra suma trascendencia; la irreversibilidad del cese de todas las funciones de todo el encéfalo (hemisferios cerebrales y tronco encefálico), producido por paro cardiorrespiratorio o por lesión primaria del mismo.

En ultima instancia, cuando un individuo muere, de lo que se trata es de la perdida irreversible del funcionamiento del organismo como un todo.

La muerte, constituye de este modo, el evento final del proceso de morir.

Que este evento, la muerte, pueda ser corroborado por distintos medios tecnológicos, no implica en modo alguno un cambio en su concepción con base en las pautas apuntadas.

El presente documento no ha pretendido agotar el debate bioético que la redefinición de la muerte conlleva, sino por el contrarió un esbozo acercar a la comunidad elementos de análisis a fin de complementar desde una perspectiva bioética la definición de muerte bajos criterios neurológicos que tiene su expresión legal en todo el ámbito de la Republica Argentina.

Anencefalia y donación, bioética (2o. artículo)

Anencefalia y Donación de Órganos
Definición de Muerte y Anencefalia: Aspectos Médicos y Bioéticos

1- Introducción

En el presente documento el Comité de Bioética del INCUCAI se propone analizar y valorar desde perspectivas Bioéticas, las diferentes vertientes disciplinarias respecto a la pertinencia o no de considerar al recién nacido anencefálico como potencial donante de órganos para el trasplante.

Fundamentar una postura desde la Bioética requiere considerar las implicancias médicas, éticas, psicológicas y legales, como así también las consecuencias sociales.

Para abordar tan delicada y pluridimensional cuestión , debe desglosarse el análisis en torno a ejes temáticos esenciales que servirán de soporte teórico que sostenga la recomendación del Comité de Bioética.



2. El concepto de muerte bajo criterios neurológicos

La definición de muerte desde una concepción biologicista implica la demostración del cese irreversible, ya sea de las funciones cardiorrespiratorias o neurológicas. Este último concepto conocido como muerte encefálica surge a fines de la década del 50, a raíz de los avances tecnológicos que actúan en el proceso del morir, e implica el cese irreversible de las funciones de los hemisferios cerebrales y tronco encefálico.

Se detalla aquí de que forma se desarrolla encadenadamente todo el proceso de la muerte, hasta que el evento final de la misma se establece en forma definitiva, ya sea que se considere el criterio cardiorrespiratorio o el neurológico.



En el primer caso, es decir el criterio cardiorrespiratorio, cuando el paro cardíaco se produce en forma definitiva e irreversible, a los pocos minutos se producirá la muerte de todas las estructuras que conforman el encéfalo (hemisferios cerebrales, cerebelo y tronco encefálico que incluye el mesencéfalo, la protuberancia y el bulbo raquídeo);ello acontece por falta de irrigación sanguínea a las células. La misma conlleva al paro respiratorio, ya que el centro que comanda esta función está situado en el bulbo; inevitablemente sobreviene la muerte del organismo.

En la muerte por lesión primaria del encéfalo, la lesión es de tal magnitud que compromete todas las estructuras.

Esta lesión determina en forma definitiva la pérdida de las funciones del encéfalo, que implica el paro respiratorio, función que puede ser suplida durante un período de tiempo por medios artificiales (respiradores). Esto permite que el corazón, sostenido por drogas vasopresoras, siga latiendo durante un tiempo más. Asimismo en esta situación, se producen otras alteraciones en mecanismos de regulación importantes para el cuerpo, como por ejemplo la disminución de la temperatura corporal, o la imposibilidad de controlar la presión arterial.

La situación que se describe es la de la muerte diagnosticada bajo criterios neurológicos, es decir la lesión irreversible del cerebro junto con el tronco cerebral y el cerebelo. La persistencia de la actividad cardiaca no es signo de vida del individuo. Claro está entonces que la situación de muerte encefálica solamente puede ser detectada en las Unidades de Terapia Intensiva.

Es en este período en el que algunas funciones biológicas son sostenidas artificialmente, lo que posibilita la donación de órganos irrigados para trasplante.

La muerte neurológica se distingue de la muerte cardiorrespiratoria, solamente en los criterios utilizados para certificar fehacientemente que la misma ha ocurrido.


Diferenciación Diagnóstica



La diferenciación del evento de la muerte diagnosticada por criterios neurológicos, de otras situaciones cobra jerarquía en el desarrollo del tema que hoy nos ocupa. (Figura 2)Se recordará que en la muerte encefálica el paciente está en la unidad de terapia intensiva, con ausencia de todos los reflejos y funciones que están comandados tanto por los hemisferios cerebrales, como por el tronco encefálico. Además y como ya se ha señalado, se pierden en forma definitiva no sólo la respiración, sino también en muchos casos los mecanismos de regulación circulatoria y de la temperatura.

En el caso de las lesiones que provocan destrucción sólo de alguna de las estructuras encefálicas como los hemisferios cerebrales o una parte muy importante de los mismos, generan lo que médicamente se denomina Estado Vegetativo Persistente(E.V.P), como fue el renombrado caso de Karen Quinlan en los años 70.

En dichas situaciones el tronco encefálico conserva sus reflejos, entre otros la respiración, la regulación cardiocirculatoria y la temperatura. Por lo aquí detallado se entiende claramente la diferencia entre estos estados y la muerte encefálica.

La anencefalia presenta algunos rudimentarios reflejos troncales, motivo por el cual no cumple con los criterios médico-biológicos vigentes.


Los criterios de muerte en pugna y el estatuto filosófico de persona en el cual se sustentan

Como se ha desarrollado oportunamente en el Documento “Consideraciones Alrededor del Concepto de Muerte Bajo Criterios Neurológicos (Muerte Encefálica)” (Abril 1999), son dos las vertientes bioéticas contemporáneas que se disputan la cuestión de cuándo considerar que un individuo ha muerto.

Según el criterio de muerte biologicista o del cerebro total (“whole brain”) el individuo ha fallecido cuando se ha producido el cese de las funciones de los hemisferios cerebrales y el tronco encefálico, es decir el evento de la muerte se diagnostica con el criterio neurológico que implica valorizar el cese irreversible del funcionamiento de todo el encéfalo (whole brain). El cese irreversible de la circulación y la respiración espontáneas no son más que el método más usual de corroboración del cese irreversible del funcionamiento de todo el encéfalo.

El criterio de muerte esencialista en cambio considera como definición de muerte aquella que propone al cerebro superior “higer brain formulation” o del neocortex; consecuentemente la muerte de la corteza cerebral como eje y centro de la conciencia determina la pérdida irreversible de aquello “esencial” a la condición humana.

Es por ello que dentro de esta concepción esencialista la pérdida del contenido de la conciencia significa considerar la muerte de la persona- en tanto pérdida de capacidad de juicio, memoria, lenguaje, percepción y cognición- cuando se pierde con ella el sentido de la existencia como condición necesaria y suficiente para determinar que una persona ha muerto.

Es de importancia notar que si este criterio de muerte tuviese expresión legal, consideraría como muertos a pacientes en estado vegetativo persistente (EVP), oa pacientes con demencias profundas y a los pacientes anencefálicos. Como Señaláramos en nuestro documento (1991), esta postura no sólo es contraintuitiva respecto de lo que la muerte implica, sino que por lo mismo es lógico observar que no haya encontrado sustento jurídico en el mundo.

No hemos de tratar el criterio del “Tronco encefálico”, nos remitimos para ello al Documento señalado con anterioridad.


3. ¿En qué consiste la anencefalia?

Anencefalia en forma literal es ausencia de encéfalo; es una rara malformación del cierre del tubo neural y falta de las vesículas telencefálicas, que ocurre entre el día 16 y 26 de la gestación. Su incidencia es variable entre el 0,5 y 4,5 por 1000 nacimientos. El índice máximo 4,5 por mil se registra en Inglaterra e Irlanda España tiene una incidencia del 0,5 por 1000 nacimientos. La anencefalia es más frecuente en fetos femeninos en una relación 7 a 3. En los países que es legal el aborto, las estadísticas han variado en los últimos años.

La etiología es desconocida; se ha sugerido la carencia de ácido fólico aunque no parece ser un factor importante ni tampoco el único; otras carencias como galactoflavina, riboflavina, tiamina, vitamina A ,hipervitaminosis y otras sustancias como posibles factores: químicos, mostazas nitrogenadas, colorantes azoicos, antagonistas de las purinas, ácidos nucleicos, radiaciones.

Aparece con mayor frecuencia en mujeres mayores de 35 años. La posibilidad de una segunda gesta anencefálica es del 30 %; algunos datos parecen sugerir un factor predisponente materno.

Se puede establecer su diagnóstico mediante ecografía entre las 12 y las 18 semanas de gestación. En el 100 por ciento de los casos se ha demostrado aumento de la alfafetoproteina y acetilcolinesterasa en el liquido amniótico.

Es difícil establecer una concordancia estricta entre las distintas clasificaciones de anencefalia. Considerando las más frecuentes puede presentarse en sus dos formas: completa e incompleta; en ambas si falta la bóveda craneal se denomina acrania.

Constituye sin lugar a dudas la malformación del Sistema Nervioso Central más incompatible con la vida.

Es necesario conocer que si bien no es habitual, el 1% puede sobrevivir sin asistencia respiratoria mecánica meses o años. El exámen neurológico muestra similares patrones en todos los casos publicados siendo independiente del tiempo de sobrevida.

En el 10 a 15 por ciento de la anencefalia humana se puede encontrar desde el punto de vista clínico: fonía entre grito y quejido, claramente distinguible del normal; la respiración si bien puede estar presente, no es suficiente para mantener la condición vital salvo casos excepcionales; el reflejo de succión en bajísimo porcentaje le permite la alimentación con biberón; suelen hallarse respuestas flexoras arcaicas; seudobostezo que puede ir acompañado de un giro distónico axosegmentario en el mismo sentido que lo hace el polo cefálico, con la coincidencia o no de posturas simétricas o asimétricas braquiales.

Las reacciones sensoriales en la esfera óptica son nulas, las pupilas se hallan en posición cadavérica, no siempre son simétricas. Los estímulos acústicos dan lugar al movimiento de los párpados por contracción del orbicular (VII par craneal) y a veces provocan la sinergia de Moro

Se producen espontáneamente o por inducción los llamados sitting up y bowing. Se reconoce cierta modulación circadiana de la vigilancia.

Los hallazgos mencionados corresponden en líneas generales a la forma denominada protuberancial que es la más frecuente; si se acompaña de acrania los ojos aparecen como un falso exoftalmo, estrabismo divergente y ptosis palpebral bilateral coronadas por vesículas excencefálicas como una boina. Las alteraciones de las vértebras cervicales acortan el cuello y las extremidades son desproporcionadas y dan un aspecto antropoideo.

Otras malformaciones asociadas son alteraciones del aparato cardiocirculatorio del 2 al 8% y genitourinario del 4 al 26%.

En el análisis de la bibliografía surge claramente que las condiciones clínicas neurológicas del nacimiento de un anencefálico permanecen inmodificables a lo largo de su vida.

4. Perspectiva Legal

El problema del recién nacido anencefálico y la donación de órganos implica reflexionar sobre los múltiples aspectos a los que nos estamos refiriendo tales como, técnicos, médicos, éticos y también jurídicos.

La actividad de procuración y trasplante de órganos y materiales anatómicos se encuentra regulada por la ley 24.193 de Trasplante de Organos y Material Anatómico Humano y su Decreto Reglamentario Nº 512/95. Dichas normas contemplan las siguientes posibilidades de dación de órganos y tejidos, sin mencionar particularidades para el caso de anencefálicos:


Actos de disposición de órganos y materiales anatómicos provenientes de personas vivas:

Se encuentra previsto en los artículos 14, 15 y cc. de la Ley 24.193 y limita esta posibilidad exclusivamente entre personas relacionadas, conforme los vínculos previstos en el artículo 15 (pariente consanguíneo o por adopción hasta cuarto grado, cónyuges o concubinos), exigiendo al mismo tiempo que se trate de personas mayores de dieciocho años.

En cuanto a la ablación de médula ósea puede ser autorizada por los representantes legales de personas menores de dieciocho años, pero sólo se permite la implantación del tejido en personas emparentadas conforme el artículo 15.

Para el caso particular del anencefálico, hipotéticamente solo sería viable la donación de médula ósea, con el consentimiento de sus representantes legales, si las características morfológicas y fisiológicas de dicho tejido lo permitieran.


Actos de disposición de órganos y materiales anatómicos cadavérico

El artículo 19 de la ley citada establece que toda persona capaz, mayor de dieciocho años puede autorizar la ablación de sus órganos y tejidos para después de su muerte. En su defecto faculta para ello a un determinado número de parientes de acuerdo a un orden preestablecido en la norma, debiendo sumarse la autorización judicial en aquellos casos de muerte violenta. La normativa vigente limita la ablación de órganos a anencefálicos, toda vez que éstos se encuentran expresamente excluidos para el diagnóstico de muerte cerebral, ya que no reúnen los requisitos previstos en el artículo 23 de la ley 24.193. Ello surge del apartado 9 del capítulo I del “Protocolo de Diagnóstico de Muerte Bajo Criterios Neurológicos”, aprobado por Resolución N° 3498, del 20 de marzo de 1998 del Ministerio de Salud y Acción Social (B.O. 28.865), complementaria de los artículos 23 y 24 de la ley citada precedentemente.

Sin perjuicio de lo expuesto y conforme lo establecido en el último párrafo del artículo 23, podría considerarse la hipótesis de ablación a corazón parado del anencefálico.

En esos casos las áreas competentes del INCUCAI y los equipos de trasplante deberán considerar cuales pueden ser los tejidos viables para la ablación e implante y al mismo tiempo establecer las condiciones operativas para la realización de dicho procedimiento.

En un sistema de procuración y trasplante como el de nuestro país basado en la trasparencia de sus acciones y en sólidos principios éticos la opinión pública tiene que saber y tener la seguridad de que se han establecido criterios objetivos a fin de garantizar la seguridad de los procedimientos y que los mismos no pueden ser modificados por la necesidad de obtener órganos para trasplante.


5. Anencefalia: ¿Donación de órganos, un camino alternativo?

Actualmente el diagnóstico prenatal de esta malformación encuentra dos salidas posibles: interrumpir el embarazo o mantenerlo. En algunos casos la continuidad del embarazo se liga a la donación de órganos.

Nos proponemos reflexionar sobre algunas consideraciones psíquicas en la pareja alrededor de estas cuestiones.

Consideraremos, en primer lugar, el deseo manifiesto de interrumpir el embarazo por parte de los padres.

No escapa a nuestro conocimiento que durante el embarazo el hijo se constituye como parte del propio cuerpo. La función materna no aguarda al parto, se inicia a partir de la investidura de ese hijo por nacer, como una primera representación. Desde esta verdadera cesión de narcisismo por parte de la madre el hijo se constituye en objeto de deseo. Aún con el nacimiento no se separa por completo de la madre, forma parte de ese cuerpo. El proceso de separación es posterior.

En el caso que nos ocupa, al recibir la noticia del diagnóstico de anencefalia, la madre parece iniciar a modo del trabajo de duelo una paulatina desenvestidura de ese hijo por nacer. Considera como única salida la interrupción del embarazo, probablemente ante lo insoportable de esta nueva representación. Sin embargo la madre no podrá iniciar el trabajo de duelo en tanto el objeto esta presente, incluso como parte de sí misma.

De esto se desprende que las consecuencias psíquicas en cuanto a su salud mental no resultaran alentadoras. Los informes presentados indican claramente un gran monto de ansiedad y angustia, asociados a sentimientos de desamparo y depresión que podrían llevar a límites extremos para sí misma y para su pareja.

Si consideramos que los padres han debido solicitar autorización judicial para interrumpir el embrazo, sumado a la exposición en los medios de comunicación y por lo tanto ante la comunidad, veremos como se agrava la situación en tanto algo que es del orden privado, en donde debería primar la confidencialidad, pasa al ámbito de lo público.

Pasaremos ahora a considerar otros casos en donde la continuidad de embarazo se refiere a la posibilidad de donar los órganos.

En este caso, cambia el modo de tramitación de la libido, la donación de órganos aparece en los dichos de las madres como una salida posibe que dé sentido a esta muerte, dar vida a otros ( en general surge la fantasía de salvar a otros niños).Parecería un intento por restablecer la envestidura buscando nuevos en laces en una nueva representación a modo de restitución.

La responsabilidad de los profesionales involucrados será brindar a los padres una información con un enfoque realista sobre las posibilidades y condiciones para la donación.

Cuando la donación no se hace efectiva, lo que ocurre actualmente en los casos observados, los padres se enfrentan a una segunda muerte.

La donación no debe ser entendida como una alternativa a una interrupción al embarazo, son modos de tramitación diferentes.


6. Anencefalia y donación de órganos - Aspectos Éticos

En los años 90, el Comité de Ética de la Asociación Médica Americana propugna la posibilidad de excepción a la regla del “dador muerto” para el caso de los anencefálicos. Este argumento cae rápidamente, ya que lo mismo se podría decir de los casos de demencia profunda, y los estados vegetativos persistente.
Para no violar la regla del dador muerto, se debería redefinir la muerte desde una concepción esencialista, cuestión que nos llevaría a otra pendiente resbaladiza al tener que englobar a los EVP o las demencias profundas. Se torna una concepción alejada de la perspectiva biológica de los seres humanos y contraintuitiva en las consideraciones prácticas.

Otro argumento utilizado para justificar en principio la posibilidad de donación en el caso de anencefálicos, es la de escasez de órganos.

Este último argumento también es débil ya que si es por escasez de órganos, elijamos entre todos a quien matar, ya que de una sola muerte pueden salir beneficiadas al menos 7 personas en lista de espera.

Esta postura de la American Medical Association fue revisada rápidamente, porque no tuvo el consenso de la sociedad ni de la United National Organ Sharing (UNOS).

Otro aspecto ético de gran importancia a considerar en el tema que nos ocupa es la potencialidad de cualquier ser humano de ser donante de órganos para trasplante, ya que no existe desde una perspectiva ética ningún tipo de exclusión. Es entonces que se deberán tener en cuenta criterios éticos. Respetar la regla del “donante fallecido” a los fines de abrir la posibilidad efectiva de la dación. Como se ha mencionado anteriormente el nacido anencefálico, posee la potencialidad de ser donante de órganos, es decir que no se ha operado ningún tipo de discriminación como en algunos momentos se insinuó en las diversas discusiones y consultas públicas.

En los casos concretos al momento de nacer es excluido desde el punto de vista ético ya que, no reúne los criterios médicos para que se certifique el fallecimiento y la norma del donante fallecido no puede ser vulnerada salvo los casos explicitados precedentemente.

La muerte en asistolia, es decir bajo el criterio cardiorrespiratorio, sería casi la única posibilidad de transformar esa potencialidad en una efectividad para donar órganos en el caso de los anencefálicos; la efectividad de la dación en estos casos podría considerarse al momento actual sólo para válvulas cardíacas.

La factibilidad de establecer el criterio de muerte encefálica en esta patología es muy baja, ya que la muerte se produce en general por infecciones o insuficiencia respiratoria; que llevan a tener que utilizar el criterio de muerte cardiorrespiratorio, ya que el encefálico es infrecuente.

La regla médica y ética del dador muerto para abrir la posibilidad de donar órganos para trasplante, no debe ser violada. Se considera como única excepción a esta regla la donación de órganos con dador vivo relacionado, es decir con la donación de riñón o hígado, y el caso del corazón en trasplante dominó.

La anencefalia como enfermedad no constituye prima-facie en un criterio ético de exclusión para la potencialidad de la donación de órganos irrigados para trasplante.

Son entonces las diversas cuestiones médicas las que finalmente permitirían transformar la potencialidad en efectividad de la dación en el caso de un ser humano anencefálico.


Desarrollo de argumentos

Hemos abordado desde la perspectiva disciplinaria de la Bioética, las consideraciones médicas, psicológicas y legales respecto de la condición del recién nacido anencefálico y la donación de órganos. Hemos dicho que desde la perspectiva neurológica que constituye en sí misma un requisito preético- el recién nacido anencefálico es un ser humano vivo con una reducida expectativa de vida; sin embargo ello no lo vuelve objeto de interés de terceros.

Asimismo aseveramos oportunamente que el recién nacido anencefálico, por su condición de tal, no está muerto bajo criterios neurológicos. Con lo cual no cumple la regla del “donante cadavérico” -que nuestra legislación recoge-, la cual prohíbe la extracción de órganos vitales en sujetos vivos.

En el Documento de Muerte bajo Criterios Neurológicos, hacíamos referencia a la distinción entre la “muerte como un evento” y “el proceso del morir”. Que un ser humano esté gravemente enfermo y ante inminencia de muerte no implica ni autoriza afirmar que está muerto. La baja expectativa de vida que se tenga acerca de un individuo, no nos habilita a ello.

Procederemos a la argumentación racional -respecto de considerar al ser humano anencefálico como potencial donante de órganos- sustentada en criterios éticos que consideramos pertinentes en relación al tema que nos convoca validando moralmente nuestra posición.

Argumento de la pendiente resbaladiza:

Con este argumento moral se hace alusión a la concepción generalizada acerca de que la convalidación de ciertas prácticas (en nuestro caso la violación de la regla del “dador muerto” en los recién nacidos anencefálicos con fines trasplantológicos) conllevaría a la aceptación de otras prácticas sociales que pondrían en riesgo a la estructura social, pudiendo incluso inducir al caos social.

En razón del mismo, si se habilitara la dación de órganos de pacientes anencefálicos sin posibilidad diagnóstica de muerte encefálica por “ausencia parcial o total de los hemisferios cerebrales”, traería aparejadas situaciones indeseables como lo es la violación de la regla del donante cadavérico en pacientes gravemente enfermos , pacientes en estado vegetativo persistente, los dañados neurológicos severos y las demencias profundas, de graves y reprochables consecuencias sociales. Ello no sólo es moralmente inaceptable sino violatorio del espíritu y letra de la legislación vigente respecto de muerte encefálica (Ley 24193).


Calidad de vida. Santidad de la Vida, El mejor interés del niño, y Capacidad de relación con sus semejantes

Asimismo se vuelve necesario implementar otros criterios éticos sumamente valiosos para que el Comité de Bioética pueda acompañar argumentativamente al derecho de subrogación de los padres, como modo de resguardar posibles decisiones arbitrarias por parte de los mismos.

El criterio del “mejor interés del niño”, es un criterio propuesto por el Hastings Center, en vistas de paliar las dificultades que acarrean los criterios de “calidad de vida” y el de “santidad de la vida”.

El criterio de calidad de vida aislado, resulta arbitrario por cuanto la pregunta que subyace es ¿ Quién establece cuál es el umbral de lo que se considera valioso o carente de valor en términos de calidad de vida?
El criterio de calidad de vida, podría habilitar por ejemplo considerar que no es valiosa la vida cuando se ha perdido o se ha deteriorado significativamente la capacidad cognitiva, lo cual implica colocar el umbral muy alto; por el contrario situar el umbral de calidad de vida en el mantenimiento de la vida aunque más no sea en una vida vegetativa, puede resultar extremadamente escaso.

Tal es el caso, por ejemplo, de un niño con síndrome Down, que es considerado por sus padres una vida valiosa en tanto son niños capaces de transmitir amor y de integrarse a la vida familiar y social; mientras que en términos de calidad de vida otros sin embargo pueden considerarlo un disvalor, y pensar en la posibilidad del aborto, en aquellos países en los que éste tenga permisibilidad legal. Ello muestra cuán arbitrario puede resultar el criterio en forma aislada.

Por otra parte el criterio de Santidad de la Vida, considerar a la vida como un valor en sí mismo, más allá de las modalidades de su manifestación. El mismo no necesariamente muestra filiación religiosa, en tanto que la santidad de la vida puede ser secularizada, con lo cual se reviste de legalidad que le es inmanente.

El riesgo de defender el criterio de santidad de la vida a ultranza en el ámbito de la salud, es el absolutizarla de manera tal que se incurra en encarnizamiento u obstinación terapéutica a expensas de quien lo padece. Ejemplo de ello, podría ser el habilitar una operación de alta complejidad, como lo es una cirugía cardíaca, en un paciente de ominoso pronóstico.


Consecuentemente el Hastings Center, propone el criterio del “mejor interés del niño”, sustentado en el principio de no maleficencia.

Se considera que ante un niño recién nacido con severos problemas de salud ligados por ejemplo, a su prematurez extrema, o a malformaciones letales y no letales graves, el único interés validado en esa situación es el de no sufrir dolor, ello implica también no sólo no causar dolor ni daño sino el evitarlo.

Asimismo , según sugiriera M. J. Bertomeu, siguiendo la propuesta del Hastings Center, el criterio del mejor interés del niño se complementa con el de “potencial de relación”, según el cual establece que el niño que se verá imposibilitado de establecer relaciones con el medio no tiene intereses, con lo cual no cabría iniciar con él tratamientos desproporcionados en relación a su diagnóstico.

Consecuentemente en los casos de recién nacidos anencefálicos ambos criterios se complementan de manera tal, que asociados a la decisión paterna, bien puede acompañarse a los padres en la decisión de llegar al parto y confortar al recién nacido con medidas de sostén vital básicas, evitando tanto la obstinación terapéutica y las medidas fútiles, por un lado, como el abandono de paciente por otro. Ambos ejemplos de reproche moral.

También puede darse el caso de que el deseo de donación por parte de los padres se ponga de manifiesto, pero el mismo deberá ser enmarcado por el equipo profesional correspondiente, en franca información a los padres de la baja e improbable facticidad de la donación en parada cardíaca y de la imposibilidad de la donación bajo el criterio neurológico - muerte encefálica- implicando ello la limitación de la donación a tejidos o válvulas cardíacas, sujetas a evaluación estrictamente médica para la valoración de su efectividad.

Por otra parte la consideración de la interrupción del embarazo, debe estar asociada para su fundamentación moral y legal, en nuestro país, en el derecho de la madre a la atención de la salud, comprendiendo a la salud desde una perspectiva biopsicosocial. El ser forzada a llevar adelante un embarazo con diagnóstico certero de que el feto es anencefálico, puede ocasionar graves deterioros no sólo personales, sino en el seno de la vida conyugal, familiar. Los Comités de Bioética tienen un rol serio que cumplir al respecto, evitando asimismo la judicialización de cuestiones que tienen que ver con el ámbito de las vidas privadas.


7. Conclusiones

En consecuencia lo que queremos significar, es que no hay una alternativa más valiosa desde el punto de vista moral, que otra. No se es mejor o peor padre ni madre por querer llegar al término del embarazo y esperar el fallecimiento del bebé, o expresar voluntariedad de donación o pedir por la interrupción del embarazo. Cualquiera de las alternativas posibles deberán ser convalidadas con criterios éticos pertinentes por parte de un Comité de Bioética, siendo imprescindible por otra parte que no contradiga los términos de la legislación nacional vigente.

En situaciones dilemáticas como la que nos ocupa, no son otros que los padres en quienes debería recaer el peso de la decisión del camino a seguir, siempre y cuando no la deleguen en terceros. Ello debe ser resultado de un proceso concienzudo de información bajo el cual la deliberación racional, precede a la decisión autónoma.

La sociedad en su conjunto, los profesionales médicos y los juristas no deben avasallar los ámbitos de las decisiones de las vidas privadas de las personas en términos de moralidad civil; no se puede ni se debe imponer desde un paternalismo injustificado, cuál de las posibilidades expuestas, debe ser tomada para afrontar las situación límite que le es ha tocado vivir.

Acompañar a los padres, en decisiones que puedan ser convalidadas argumentativamente bajo criterios éticos como los anteriormente descriptos, enmarcados constitucionalmente, constituye la razón de ser de los Comités de Bioética.



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